Cameron y Ashley pasaron toda la tarde juntos en la casa de él. Habían tenido relaciones sexuales, habían hablado de todo lo que habían hecho en esos días que no se vieron. Cameron se sentía cómodo con Ashley porque tenían casi la misma edad. Pero también se sentía culpable por estar con ella y recordar a Lola. Esa adolescente estaba en su cabeza y no quería porque estaba con Ashley y se sentía bien cuando estaba con su ex. Ella tenía ese pequeño poder de hacer que Cameron olvide de las cosas y se relaje por un rato del mundo. Había pensado en Lola pero Ashley pudo sacarla rápido de su mente y hacer que el abogado solo se concentre en ella.
Ashley se había ido a su casa para ir a prepararse para la fiesta en la casa de sus padres. Él se fue a bañar y solo tardó quince minutos. Salió del baño y fue a su habitacion. Se puso un bóxer gris y un pantalón negro. El timbre sono y Cameron se bajó mientras se abrochaba la camisa. Abrió la puerta y estaba Lola con su celular en la mano. Tenía un jeans oscuro con una remera suelta.
-Hola. -dijo Lola.
-Hola.
-No quería venir antes porque vi que llegabas con tu ex.
-¿Qué necesitas?
-Quería saber si hiciste mi trabajo practico.
-No, todavía no lo hice. ¿Para cuándo lo necesitas? -le preguntó Cameron.
-Para dentro de dos días. Si no puede, digame y hablo con otra persona.
-Lo voy a hacer mañana, no te preocupes. -dijo Cameron sorprendido de que Lola lo haya tratado de usted.
-Esta bien. Gracias.
Lola se dio vuelta y tuvo la intensión de caminar pero Cameron la agarró de la mano aunque Lola antes hubiese parado para saber lo que quería Cameron esta vez, fue diferente porque ella se soltó del agarre del abogado y se fue a su casa. Ya no iba a jugar con ella. Aunque le duela ignorar a Cameron, él no iba a jugar con ella como si fuera su muñeca.
Cameron la vio irse. Se sorprendió de lo que le hizo Lola. Se sintió impotente por no poder ir y agarrarla, besarla y hacerle entender que la quería para él y que no soportaba la idea de que Stefano la bese cuando él deseo sus labios desde que la vio leer La Última Lágrima. No le gusto que ella lo trate así. Lo trata de manera fría y distante, eso demostraba que Lola había dado vuelta la página; algo que a él le iba costar hacer.
Entró a su casa nuevamente y fue a su habitación para terminar de prepararse. Se puso un poco de perfume, acomodo su pelo y bajó al living. Se quedó sentado en un sillón esperando a Ashley. A los quince minutos el timbre sonó, el abogado se levantó y fue abrir la puerta. Se encontró a una Ashley totalmente producida. La joven tenía un vestido color negro y largo. Tenía el pelo recogido y estaba maquillada de una manera sobria como era ella. La joven le sonrío y Cameron le devolvió la sonrisa.
-Luces muy linda. -dijo él.
-Tú igual.
-Agarró mis llaves y vamos.
Ashley asintió y Cameron fue a la cocina en busca de las llaves de su casa y del auto, las agarró y salió de su casa. Ashley estaba esperando al lado del auto hasta que Cameron le abriera la puerta como todo un caballero. Él subió al auto y lo arranco para ir a la casa de los padres de Ashley.
-Mi mamá cuando le dije que ibas a ir se puso muy feliz. -contó ella. -Me dijo que te quiere ver.
-Yo también estoy ansioso de ver a tu familia de nuevo.
-Y eso me encanta.
Cameron sonrió y no le contestó nada. El resto del camino fue en silencio pero no fue un silencio incómodo. Al cabo de veinte minutos llegaron a la casa de los padres de Ashley. Había varios autos estacionados en el lugar. Cameron ayudó a bajar a Ashley y juntos entraron a la casa la cual estaba llena de hombres.