El dos de enero había empezado de la peor manera. Lola al abrir los ojos escuchó que su tía, su marido y sus dos hijas estaban en su casa. Sí, Hope estaba ahí. Lola se había despertado a las 11:30 porque estaba recuperando el sueño que había perdido hacia dos días. Le molestaba saber que Hope estaba ahí y que probablemente, ella vaya a buscar a Cameron. Era celosa y desconfiada. Sabía que ellos ya tuvieron sexo y que Hope era capaz de seguir intentando de nuevo lo mismo sabiendo todo lo que había pasado esa noche donde los descubrió en su cama. Sabía que Hope tenía un cuerpo mucho más armado que el de ella y eso hacía que se ponga abajo cuando tendría que estar confiada del amor de Cameron con todas las palabras y hechos que dijo e hizo el abogado.
Se levantó de la cama y fue al baño donde se lavo los dientes y la cara. Estaba haciendo todo lento para no soportar mucho a parte de su familia. Agarró su pelo con su goma azul en una cola de caballo un poco floja y salió del baño. De su armario sacó una remera blanca y un jeans. Se puso las zapatillas y salió de su habitación. Le hubiese encantado despertarse enferma sabiendo que ninguna de esas personas iba a subir para saludarla. Excepto Grace; ella era súper dulce y buena con ella. Lola le tenía cariño a su pequeña prima.
Entró al living y se llevó la mirada de los que estaban ahí. No dijo nada, solo saludó a cada persona que estaba. Luego se sentó al lado de su mamá quien había dejado un lugar entre ella y su marido para que Lola se sentara. La joven se sirvió café en su taza.
-Tu mamá me dijo que te fuiste a pasar año nuevo con tus compañeros. -dijo Sandy. Ella no era mala como su hija, ni tan idiota como su marido. -¿Cómo la pasaron?
-Muy bien. -respondió Lola mientras untaba manteca en su tostada.
-¿Tomaron alcohol o drogas? -preguntó Martín riendo.
-No hago ninguna de las dos cosas. -respondió Lola mirando al hombre. -No hace falta usar drogas ni alcohol para divertirse y pasar bien el año. ¿O piensas diferente que yo?
Devonne se tapo la boca para no reírse. Todos los presentes, menos Grace, sabían que Martín se drogaba y tomaba mucho alcohol antes de conocer a Sandy. Hope miró a su padrastro, padre de su hermana, y vio que el hombre tenía la mandíbula apretada por no poder contestarle a la joven.
-Lo supuse. -terminó Lola sonriendo.
Lola miró a Hope quien tenía una remera azul marino un poco ajustada y con un gran escote. Sabía que iba así por las dudas que pueda llegar a ver a Cameron. Eso le molesto demasiado que se levantó de la mesa y corrió a su habitación para agarrar su celular y llamar a Cameron. Al llegar a su habitación, dudo en hacerlo. No quería ser agobiante pero tampoco quería que su prima y Cameron se vean, ni hablaran. No quería perder a Cameron. Se guardo el celular en el bolsillo de adelante del jeans y volvió a la mesa con todos.
-¿Qué paso hija? -preguntó Edgar.
-Fui a buscar el celular.
-¿Para leer? -preguntó Martín.
-No, para hablar con el vendedor de drogas.
-Hija, por favor. -dijo Devonne tratando de no reír. Le gustaba que su hija tenga ese humor ácido cuando alguien la molestaba.
-Okay. -sonrió Lola.
Lola siguió desayunando mientras pensaba en miles de cosas. Estaba nerviosa de que Hope se haga la viva y quiera volver a la casa de Cameron para buscar más sexo. Sabía que el hombre era débil y ella no tenía un gran cuerpo formado como el de su prima. Sacó su celular del bolsillo del pantalón y le mandó un mensaje a Cameron;
«Hope esta acá»
Lola se quedó en la conversación esperando a que Cameron aparezca en línea y conteste;