Prohibido [Editando]

Capítulo 89

Lola salió de su casa para ir a la de Cameron. Estaba decidida a hablar lo que nunca habían hablado. No lo había cruzado más luego de que él vaya a su casa. Habían pasado dos días y se moría por ir a su casa para hablar con él de todo lo que había pasado en el último tiempo. Tenía una lista de preguntas para hacerle que eran interminables. Tenía miedo de ir y que él haga que de nuevo caíga en sus redes.

Tocó el timbre de la casa y quien abiró la puerta fue Cameron. El abogado tenía un jeans y una remera blanca ajustada a su cuerpo marcada. El cuerpo de Cameron había crecido en el tiempo que no se vieron, estaba más ejercitado. ¿Había estado con mujeres en ese tiempo? Cameron entendió lo que quería Lola y era lo mismo que quería él; hablar.

Se corrió de la puerta y dejó entrar a Lola quien al entrar y pasar al lado del abogado sintió el perfume que siempre usó y siempre le encantó. Caminó hasta el living donde se quedó parada. Cameron apareció en el living y Lola suspiró. No quería ser la primera en hablar. Aunque tampoco sabía qué decir.

-¿Quieres que empiece yo, no es así? -Lola asintió. -Tengo miles de cosas para decirte y seguro tú tienes miles de preguntas para la cuales yo no voy a poder responder ninguna. Lola yo te amo, te amo de verdad. Esta no es la primera vez que te digo que te amo pero sí es la primera vez que te digo te amo a los ojos. Tú nunca me dijiste te amo.

Cameron tenía razón. Lola nunca le había dicho te amo más que por una carte que Cameron nunca leyó ni nunca iba a leer. Nunca antes le había dicho te amo porque no se animaba a ser la primera que lo diga. Amaba a Cameron y se sentía segura con él aunque ese día no podía decirle que lo amaba.

-¿Por qué te fuiste?

-Porque tuve miedo. Tuve miedo de todo lo que podía pasarme, no pensé como tendría que haberlo hecho. Supe que te iba a destruír pero no sé, juro que no quería eso aunque tampoco quería que él me odie o que sintiera vergüenza de mí. No quería que me follaran en una maldita cárcel por algo que se llama amor.

-Es tan loco esto a lo que llamamos amor.

-Lo es. -asintió Cameron. -¿Me amas?

¿Que iba a responder? Era imposible decir que no porque lo seguía amando con cada parte de su cuerpo. Como si él nunca se hubiera ido, como si nunca hubiera llorado su partida, como si nunca hubiera querido morir, como si nunca hubiera querido que un día aparezca de la nada y le diga que la amaba. Su amor seguía intacto como si el tiempo y los hechos nunca hubieran pasado.

Tenía que mentirle, ¿cómo? No había manera en la que le pueda mentir a Cameron. Él la conocía como si fuera su creación, como si fuera él. Cameron sabía cuándo Lola mentía, sus ojos no eran mentirosos y por eso él podía saber si mentía solo con su mirada y el reflejo de ella. Además Lola se ponía nerviosa si emntía porque no podía mentirle a las personas que quería. Y a Cameron lo amaba. Le había mentido a su mamá diciendo que amaba a Drake sabiendo que Devonne le creía en lo que decía. Devonne no la obligaba a mirarla a los ojos y decirle a quién amaba. Cameron, por lo contrario, sí. Él quería que ella lo mire a los ojos y le diga que todavía lo amaba.

-En este tiempo cambiaron muchas cosas. -logró decir.

-Puedo jurar que nuestro amor no.

-Eso fue lo primero que cambio. -susurró Lola. ¿Por qué seguía mintiendo?

-No, no fue así. -dijo Cameron. -Yo sé que todavía me amas como yo te quiero a ti.

-Te fuiste cinco meses en los que pase por mucho. Simplemente no puedo olvidar lo que pase porque tú volviste. Llore mucho, baje de peso, estuve a punto de no empezar la universidad. Hiciste que con tu partida pase por situaciones que no quería pasar. Que ni a quien más odio se las deseo. -dijo Lola mirando fijamente a Cameron. -Todo el dolor que pase, fue tu culpa. Tal vez también fue culpa mía porque no me di cuenta que tú continuabas con tus juegos.