Los ojos de Lola se abrieron con pesadez, seguía cansada y le dolia la la cabeza. Cuando notó que esa habitación no era su habitación se levantó de golpe y se paró para salir de ahí. Estaba asustada por no saber de quién era la habitación. Más miedo tuvo cuando se dio cuenta que solo tenía una remera larga de hombre. Bajó las escaleras y vio a Cameron sentado en la silla. Tenía la misma ropa que en el bar. ¿Qué hora era?, se cuestionó. Cameron notó la presencia de Lola y la miró. Se veía hermosa así vestida pero se maldijo como hombre al escuchar su pensamiento.
-¿Por qué estoy acá? -se animó a preguntar.
-Las traje porque tomaste más de lo que deberías sin contar que te pusieron algo en la bebida y te desmayaste.
-No me acuerdo de nada.
-Seguramente no.
-¿Qué hora es? -quiso saber.
-Las seis de la mañana; es hora de que vuelvan a casa.
-¿Vuelvan?
-Sí, tu prima esta durmiendo en otra de las habitaciones.
Lola asintió con la cabeza. No sabía qué decirle al abogado. Él no parecia enojado ni nada, eso la tranquilizó bastante. Pero seguía sintiendo mucha vergüenza por lo sucedido. Cameron la salvó de lo que le podía pasar en manos de un chico que no conocía.
-Perdón. Me siento muy avergonzada con lo que pasó ayer.
-No importa. Yo no soy nadie Lola, así que no me pidas perdón.
-Yo no soy así. -aseguró con timidez. -No tomo alcohol y menos droga.
-Se nota. -había algo de ironía en la voz de Cameron. -De todas maneras a mí no me tienes que pedir perdón.
-Usted fue el que me ayudó y yo arruine su noche.
-Algo lo arruino antes. -susurró Cameron.
-¿Qué? -quiso saber Lola con más intriga de la que debía parecer.
-Nada que a ti te importe.
-¿Y si le digo que me importa?
Cameron miró a Lola directo a los ojos. En ningún momento anteriormente la había mirado a los ojos pero luego de la pregunta -un tanto incómoda- de Lola, la miró. Se levantó de la silla y Lola lo siguió. Al querer pasar por al lado de Lola, ella se puso en el medio haciendo que Cameron tambaleara y la agarre de los hombros a ella.
-Dígame. -insistió Lola.
-No juegues con fuego a menos que te quieras quemar.
Sin más, Cameron corrió a Lola del camino para ir a la habitación donde estaba Sabrina. La despertó e hizo que la joven se levantara y se vaya a la cocina. Sabrina se quejó de que la hayan despertado pero a Cameron no le importó y salió de la habitación para ir a la suya.
Se sentó en la cama para tratar de dejar atrás todo lo que habló con Lola. Suspiró fuertemente porque Lola lo cansaba, le agarraba mucho estrés que ella este siempre ahí. Lo tensaba que Lola siempre este diciendo cosas que no tenía que decir o insinuando cosas. ¿Fue mala idea haberse mudado? Probablemente no. La mala idea fue mantener una conversación con Lola. Si tan solo fuera mayor...
Se levantó de la cama y salió de su habitación para ir al living donde estaban las primas discutiendo.
-Tú fuiste la que arruino todo, Lola. -escuchó a Sabrina. -No salgo más contigo.
-Te hago acordar que tú me obligaste a salir. -la voz tímida de Lola hizo que el abogado frunza el ceño.
Antes de seguir escuchando la discusión, se metió en el living. Lola y Sabrina miraron a Cameron.