Capítulo 75

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Los días pasaron, el dolor y la tristeza seguía de la misma manera. Como en el mismo día en el que Cameron se fue. Nada había cambiado. Lola trataba de seguir en su día a día pero no podía. Estaban a veinte de enero, a seis días de la partida de Cameron, pero era siempre el mismo dolor en su corazón. Había leído la carta una y otra vez. Ese te amo a cada minuto. Se había quedado dormida en los brazos de Devonne que después de una hora la dejó.

La mujer estaba enojada. Había querido llamar a Cameron pero se aguanto las ganas. Estaba muy enojada con su vecino, por haberle roto el corazón a su hija, por enamorarla y después dejarla, por ser tan mierda con alguien que lo quería. Lola era su vida y lo que menos deseaba era que su hija sufra por un idiota aunque eso ya estaba ocurriendo. Edgar había preguntado por Lola pero Devonne le había dicho que estaba durmiendo. No era lo mejor decirle a Edgar de lo que estaba pasando con su hija y Cameron. Ambas sabían que Edgar no era un hombre bueno y tranquilo cuando le tocaban a su hija y a su mujer. Era un hombre de guerra con tal de defender a sus mujeres. Y Lola tampoco quería que su papá le tenga rencor a Cameron. A pesar de que la hizo mierda, hacía de todo para que su padres no lo odien.

Cuando era más joven creía en Papá Noel, Santa Claus, o como sea que sea, esa ilusión se rompió y se dio cuenta de la verdad. Ahora siendo una adolescente pensaba en la existencia de los principes azules; ellos tampoco existen. Recordó la vez que le preguntó a Cameron qué era él y Cameron le había respondido: Un abogado que conoce muy bien las leyes. Ahora pensaba y supo todas las advertencias de Cameron para que se aleje de él. No pensaba en su totalidad cuando él le decía esas cosas, no quería aceptar eso. Había leído historias en Wattpad sobre la edad, todas eran iguales. Siempre terminaban juntos a pesar de las dificultades. Pero su historia fue diferente; ella estaba llorando por Cameron como una idiota, esperando a que vuelva.

Su celular empezó a sonar y lo ignoro pero este siguió sonando. No deseaba hablar con nadie en ese momento. Sacó la mano de la cama y agarró su celular para ponerselo en su oído.

-Hola. -atendió Lola. Algo en ella deseaba y tenía la esperanza de que sea Cameron.

-Hola hermosa. -escuchó la voz de Drake.

Lo que menos quería era hablar con Drake. Él hacía que Cameron vuelva a su cabeza. Había tratado de dejar de pensar en él por aquellos días, no había podido lograr su objetivo. Drake no tenía la culpa pero era el hermano de Cameron.

-¿Cómo te va, Drake?

-Bien, ¿y tú?

-Estuve mejor.

-¿Qué le pasa a la niña más hermosa?

-Nada que no vaya a pasar. -susurró Lola acomodando su almohada.

-Esta bien si no me quieres decir. -pudo sentir la sonrisa de Drake. -¿Te puedo hacer una invitación?

-No estoy con ganas de ir a ningún lado. -respondió Lola. -Lo siento.

-Es ir un rato a la feria, solo un rato, ¿te parece?

-No, gracias.

-Algo te pasa. Ni humor tienes para hablar.

-Lo sé y perdón por eso. -Lola torció la boca.

-Vamos, dale, vamos a divertirnos. Sé que puedo traerte tu hermosa sonrisa de nuevo. -insistió Drake.

Lola se quedó en silencio pensando en si tenía que ir o no. No sabía si era la mejor opción para ir o no. Podría distraerse un poco pero no sabía si era la mejor opción que sea con Drake con el que tenga que distraerse. ¿Era lo mejor hacerlo?

-Okay. -dijo completamente dudosa.

-Genial. -la sonrisa de Drake se agrandó. -A eso de las tres de la tarde te paso a buscar.

Prohibido [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora