Lola miró a Cameron sorprendida. ¿Había escuchado bien? ¿Cameron le estaba pidiendo matrimonio? Cameron la miraba a la espera de una respuesta que Lola todavía no podía pensar porque estaba procesando la pregunta. Cameron se quería casar con ella. Lola lo quería demasiado pero pensar en el matrimonio era muy precipitado para alguien de su edad. Era una adolescente, ni siquiera había empezado la universidad y él quería casarse. Cameron también era joven pero no tanto como ella. Y un hombre a su edad ya pensaba en matrimonio.
Cameron no tenía esa pregunta en la mente, no estaba planeada ni nada, solo le salió preguntarle a Lola si se casaría con él luego de que ella cumpla la mayoría de edad. No le importaba nada, estaba arriesgando mucho. Pero todo lo que arriesgaba, Lola valía por mil veces más que eso. Lola era muy importante para él y quería que sea su mujer. Quería que fuera para siempre de él aunque sabía que ella ya era de él.
-Sé que lo que te pregunte es muy pronto. -dijo Cameron sonriendo. -Pero no digo que nos casemos el cinco de agosto. Te digo que quiero que cuando cumplas la mayoría de edad, seas mi prometida. Después de algunos meses o un año, nos casamos.
-¿Entonces por qué preguntaste si me quería casar contigo si solo es ser tu prometida?
-Lola, es sí o no. No tienes que pensar mucho. -contestó Cameron. -Una hermosa dama me dijo que no tengo que pensar mucho porque si pienso arruino las cosas.
-No es que te quiera decir que no pero yo ni siquiera empece la universidad.
-Por eso digo que cuando cumplas la mayoría de edad, esperar un tiempo. -dijo Cameron. -Sé que lo que te dije es apresurado y raro pero quisiera que seas mi mujer. Quiero que ante la justicia seas mía para siempre. No me importa nada más. Quiero verte entrar con un vestido blanco y verte salir conmigo de la mano con una anillo en tu hermosa mano que diga que eres mi mujer.
-Sería en un futuro lejano, ¿no es así? -preguntó Lola.
-Por supuesto. Me apure en preguntarte. -Cameron la miró. -No tenía planeado preguntarte esto, no tengo ni el gran anillo que te mereces. Solo te vi ahí sentada, hermosa como siempre, y te lo pregunte.
-Cuando sea mayor de edad, me lo vuelves a preguntar y yo te voy a contestar.
-¿No me piensas contestar?
-No.
Cameron sonrió pero no dijo nada. Entendía a Lola y ella estaba en toda la razón del mundo. Era una adolescente, tenía que pensar en ella y en su futuro. Si fuese por Lola, ella hubiese dicho que sí. Lo quería demasiado y estaba dispuesta a casarse con él. Pero tenía que pensar. No le estaba preguntando si quería más champagne o si quería comer lo que quedaba de la cena. Le estaba preguntando si quería casarse. No era una pregunta que se lanza de la nada, ni tampoco hay una respuesta correcta en ese momento. Era un momento distinto para ellos porque recién ahora estaban juntos después de tantos dolor.
El celular de Lola empezó a sonar y era Devonne llamando. Lola miró a Cameron nerviosa porque tenía que seguir mintiendo. Cameron hizo una mueca que no llegaba a sonrisa. No le agradaba mucho esa situación que ponía a Lola. La adolescente se paró y fue al living donde se sentó en el sillón individual.
-Hola. -dijo Lola.
-Feliz año, hija.
-Feliz año nuevo, mami.
-¿Cómo la están pasando?
-Muy bien. Estamos bien, estamos viendo los fuegos artificiales. -sonrió Lola. -¿Y ustedes adónde se fueron?
-Al final vinimos a la casa de la abuela paterna.
-Me alegro.
-¿Esta Stefano?