«Ven que ya estoy en casa. Pasa directamente»
Lola salió de su casa sin avisarle a su mamá que se iba. Caminó hasta la casa de Cameron y entró. Fue al living donde estaba el abogado sentado, tenía una remera blanca con un pantalón de ejercicio y no tenía zapatillas. Cuando la vio entrar, se paró y le agarra las mejillas para darle el beso que había esperado esos días. Lola aceptó y siguió el beso. También había extrañado besarlo. Cameron la llevó al sillón y la sentó ahí. Estaba tranquilo.
-¿Todo bien? -preguntó ella.
-Sí. -suspiró él.
-No, todo esta mal.
-No quiero hablar sobre eso, por favor.
-Él es un idiota. -dijo Lola molesta.
-Él es mi papá.
-Tienes veinticinco años, eres grande.
-Y tú no lo eres. Él no esta tan errado en lo que dice. -habló Cameron. -Yo estoy mal acá. Él tiene razón en lo que dice. Las leyes lo dicen y yo estoy haciendo algo que no tengo que hacer.
-A mí no me importa.
Cameron besó nuevamente a Lola. Ella hacía que todo parezca fácil cuando de verdad solo todo era complicado y no había otra salida que mentir o ir a la cárcel. No quería ir a prisión aunque tampoco quería mentirle a su papá. No tenía opciones para elegir y poder estar bien con todo lo que quería. Se sentía como un jodido idiota. No quería arruinarlo con Lola, la quería demasiado como para alejarse. Lola puso sus manos en la cintura de Cameron haciendo que él suspire en el beso. Cameron la subió arriba de él y le acaricio al cintura.
El beso se iba intensificando cada vez más, con cada caricia. Cameron le acaricio la espalda y pasó la mano por el corpiño, jugando con él. Lola se separó porque se estaba quedando sin aire y Cameron le empezó a besar el cuello dejando rastros humedos en la piel de ella.
«No voy a tener un hijo violador.»
Cameron separó a Lola y le dio al espalda. Se apoyó en el mueble que tenía el televisor. Esa frase lo había matado por dentro, no quería arruinarlo. Lola y su papá eran importantes para él. Incluso las leyes. Los tres pesaban importante en su vida y no quería estar así. Lola lo miró y suspiró también cansada de esa situación. Para ella no era fácil vivir todo eso con Cameron porque lo quería y estaba haciendo hasta lo imposible para que estén juntos. Hacia días que todo estaba bien aunque ahora todo estaba dudoso y ella tenía miedo de perder lo poco -que para ella era mucho- que tenía que era Cameron.
-¿Y ahora?
-No quiere tener un hijo violador y yo no quiero ser uno.
-¿Eso significa que me tengo que ir y no acercarme a ti? -preguntó Lola con miedo a la respuesta.
-No puedo aceptar que te vayas. -dijo Cameron. -Eres demasiado importante para mí como para que haga lo mismo que antes. No quiero volver a estar mal ni que tú estés mal. No puedo perdonarme que te hice sufrir.
-Quiero estar bien contigo y eso es lo único que me importa.
-Ya sé. -asintió Cameron. -¿Crees que vas a poder aguantar todo esto? No es fácil para mí y parece que lo hago complicado para ti. No quiero que te canses de mi mierda y te vayas. Es como si no pudiera estar sin ti. Eres tan dulce, atenta, tranquila, buena, tan todo, tan especial que te quiero en mi vida por más que este en problemas. Porque ¡maldición! tú eres del tipo de chicas que hace que un error se vea como la maldita perfección y por eso te quiero tanto.
-Quiero estar contigo y no me importa si es a escondidas. Puedo esperar porque tú me das una felicidad increíble que nunca creí conocer. -Lola tenía lágrimas en los ojos.