Capítulo 83

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Se sentía rara. Los últimos días fueron así porque Drake y ella estaban juntos. Habían pasado catorce días desde que empezó marzo y desde que ella estaba con Drake. En su vida era más relevante que una ardilla este en el balcón de su habitación por las noches que su vida amorosa con Drake. No le pasaba nada cuando hablaba con Drake y eso le hacía sentir que lo estaba usando para poder olvidarse un rato de Cameron.

Lo único bueno que había pasado era que ese día iba a empezar la universidad. Iba a tener el primer día de una larga carrera como lo era Literatura Mundial. Era como volver a empezar. Ese marzo fue como si otra Lola estuviera en el cuerpo de la joven que sufría. No estaba nerviosa por empezar la universidad porque ese día se lo tomó como un día de cambios, donde iba a empezar de cero, donde iba a conocer a nuevas personas. Nada iba a poder arruinarlo. Esta ilusionada por ese día ya que sabía que no se iba a encontrar con nadie del colegio ni nada por el estilo. No había posibilidades de que Cameron aparezca.

Ya estaba resignada con Cameron. El abogado nunca iba a volver y eso Lola lo tomó como una lección de vida. Sabía que era casi imposible que Cameron vuelva al país o que la llame para saber sobre ella y para explicarle su repentina ida. No había palabras para explicar lo que Cameron todavía le generaba pero estaba dispuesta a alejar ese sentimiento para empezar bien con Drake quien la entendía y la apoyaba.

El joven sabía que nada iba a ser fácil que Lola deje de pensar en ese chico misterioso al cual no conocía pero él la quería y estaba dispuesto a esperar paciente sin necesidad de apurarla. Estaba apostando sus sentimientos en una relación que no tenía bien en claro como iba a salir. Pero tenía todas las esperanzas que salga bien porque estaba en positiva.

Bajó a la cocina con una carpeta grande en la mano y una mochila negra cargada con útiles escolares. Se sentó en una silla y dejó que Devonne le sirva el desayuno.

-¿Nerviosa?

-Ansiosa sería la palabra. -contestó Lola. -Quiero estar tranquila y estar bien.

-Te veo bien. -sonrió Devonne. -¿Tiene nombre?

-Sí. Olvidar se llama. -dijo Lola sabiendo que su mamá hablaba de Drake. -Espero no estar toda mi vida llorando por alguien al que le importe muy poco.

-Espero que cumplas lo que acabas de decir. -dijo Devonne.

-Perdón por estar enamorada de un idiota. Nadie tiene tu maldita buena vida amorosa, Devonne. -replicó la adolescente.

-Más de una vez te dije que no me digas por mi nombre. -empezó Devonne molesta. -Yo no tengo la culpa de nada. Ni tú tampoco, ni Drake. Acá el único que tiene la culpa es Cameron porque él quiso huir de las garras de su padre y no enfrentarlo para defender el amor que siente por ti.

-Tal vez ese amor ni siquiera existe.

-Tú misma lo dijiste. -dijo Devonne señalando a su hija con la taza en la mano.

Lola puso los ojos en blanco y siguió desayunando. Le molestaba que su mamá le diga ese tipo de cosas cuando ella no podía superar a Cameron porque su historia fue larga y complicada como para dejarlo atrás de un día para el otro. Todavía estaba el dolor instalado y con la herida abierta.

-¿Vas a querer que te lleve?

-Sí. -sonrió Lola. -Como todos los primeros días.

-Tal vez querías ir sola como adulta responsable.

-Quiero que me lleves como única hija.

-Por supuesto, hermosa.

Ambas siguieron desayunando mientras hacían silencio. Luego de algunos minutos en los cuales terminaron de desayunar, Lola se levantó de la silla y se fue a su habitación a buscar su celular que estaba cargando. Tenía un mensaje de Drake lo cual no era sorpresa porque él siempre le mandaba mensajes a la mañana. Mientras bajaba las escaleras leyó;

Prohibido [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora