En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.

CAPITULO 116

Narra Vegetta: Es un obstinado, un terco, un necio, acaso necesita que le de señales de humo para que lo vea, no entiende que lo amo hasta el tuétano, que lo llevo grabado en mi piel, que es el sello perpetuo en mi, indiscutiblemente sin encontrar razón, con locura!!! Está en cada sueño, es el protagonista de cada historia y de las miles de películas que reproduzco a diario en mi mente, todas de mi vida junto a él, que más quiere que haga? Como le hago entender que ya me tiene a sus pies??!!!!.

Me cabrea, me indigna que Willy me cuestione de tal manera, es tan mortificante sentirme así y que él no lo quiera entender, cuando lo amo tanto, cuando le he dicho y él sabe que lo es todo para mi, y todavía parece no entenderlo, aún no he hecho hacerle comprender que si el universo supiera cuanto lo amo, le daría vergüenza ser tan pequeño; porque siente celos de alguien que jamás podrá llegar a significar algo para mi?, pero sólo hay una respuesta para eso, está enamorado de mi, tanto como yo de él, y no tenemos ojos para nadie más, aún estando cabreado a más no poder me sigue mirando como si yo fuera todo para él, amar a alguien es una cosa, que alguien te ame es otra, pero que te ame la misma persona que amas, lo es todo, cualquiera puede acelerar tu corazón, pero no cualquiera te hace vibrar el alma; ahora que lo pienso, creo que yo tampoco entendía la magnitud de su amor, si lo sabía pero es de esas sensaciones tan grandes, tan maravillosas que no termino de entender, porque hay sentimientos que ni el corazón llega a comprender en su totalidad, pero ahí lo supe cuando al verlo llorar por mi culpa me partió el corazón, y mi reacción fue abrazarlo tan fuerte como puedo aunque él se resista, desde que lo vi hoy por la mañana quería hacer esto, abrazarlo fuertemente por un largo rato, pero no con él así cabreado queriendo alejarse de mi, pero no voy a soltarlo hasta que se calme, hasta que entienda que soy suyo, que ya me tiene.

Luego de cabrearnos uno con el otro, de exponer nuestros sentimientos, abrazarlo y decirle cuanto lo amo hasta calmarlo, lo besé lo más intenso y amoroso que pude, porque solo él provoca esto en mi, un amor tan dulce, fuerte, intenso, apasionado y extraordinario, él correspondió mi beso de la misma forma, aferrándose fuertemente a mi, amo que haga eso, cuantas emociones se pueden sentir cuando nos besa quien amamos, jamás podré dejar de sentir esto que me provoca, porque sólo él ha logrado provocar un incendio en mi interior, se separó del beso y me miró dulcemente con ese maravilloso par de ojitos chinos que amo tanto y me vuelven loco, con ese par de ojitos que doy gracias a Dios sean sólo para mi y que me vean como todo para él, ese par de ojitos que uno los encuentra sólo una vez en la vida.

-Prométeme que esta mirada y está boca cuando sonríe es sólo mía y de nadie más exclamó.

-Sonreí, lo prometo mi vida. Sonrió.

-Willy soy tuyo, lo que quiero contigo no lo quiero con nadie, sólo ámame porque ya me tienes expresé, volvió a sonreír y me cogió del cuello y besó profundamente con tanta intensidad que hizo acelerar mi corazón, mi respiración, mi cuerpo entero, lo levanté a horcajadas sobre mi cintura, me acerqué a la mesa atrás de él y lo senté, poco a poco fui acostándolo sobre ella, él me cogía fuertemente de la espalda, uniéndome más a su cuerpo, nos besábamos como si no hubiese mañana, nuestras lenguas sumidas a un mismo ritmo, nos movíamos, acariciábamos y aferrábamos con tanta fuerza uno al otro que la mesa de madera crujió, nos separamos del beso.

-Ostras!! exclamamos en sincronía y reímos por el crujido de la mesa ante nuestro arrebato.

Como me encanta verlo reír, soltar esas carcajadas que le provocan a sus mofletes ponerse rosados, y aunque mi corazón ya lo sabía no hizo más que refutarlo, no es la sonrisa, no es el beso, no es la mirada, es quien te sonríe, quien te besa, quien te mira, siempre la magia está en esa persona, mi persona llamada Guillermo, mi Willy, mi Chiqui, y lo afortunado que soy por tenerlo, de lo afortunado que soy que me ame con tanta intensidad, porque cualquiera en su sano juicio estaría loco por él.