CAPÍTULO 184

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*NARRA WILLY*

Prácticamente le arrebate el mando de las manos, pause el juego y coloqué el mando sobre el suelo, después me levanté, lo cogí de los mofletes con ambas manos y lo besé profundamente.

-No he... terminado de... grabar,... tengo... aún.... debo... puedo continuar, exclamaba pausado entre besos que le daba a su cuello.

-Pero yo no puedo, respondí, famélico acercándome de nuevo a su boca.

-Pero dijiste...

-Sé lo que dije...

-Entonces... y mi... doble final feliz, preguntó agitado, mostrando en sus ojos un anhelo y esperanza, cómo un niño pequeño que le han prometido dar algo y teme no recibirlo.

-Sonreí. Lo recibirás ahora!, respondí halandolo fuerte de las manos, para levantarlo de la silla, me abalancé sobre él, abrazándolo por sobre los hombros, cogiéndolo de la parte trasera del cuello, casi empujando su rostro contra el mío, dejando de lado los besos tiernos y dulces con los que muchas veces empezamos, y de una metí mi lengua a su boca, tenía una inmensa y jodida hambre de él, y así también de una, entendió mis impetuosos deseos.

Amo sentirlo cogiéndome fuertemente de la cintura mientras me besa, y como sus manos se deslizan bajo mi camiseta y van subiendo por mi espalda hasta quedar engangachadas a mis hombros, tenerlo tan cerca que formamos un sólo cuerpo, amo sentirme presa de sus deseos, de sus insaciables ganas, de su amor.

Lo llevaba abrazado caminando en reversa hacia su cama mientras nos besábamos intensamente, cada beso era un suspiro de placer, al llegar lo empuje contra ésta, colocándome a horcajadas sobre él, continué repartiendo frenéticos besos a su boca y cuello al que también le di varias mordidas que sin duda dejaran chupetones, ante estas, Vegetta emitía quejidos combinados con gemidos.

-Perdón por las mordidas,... es que desde hace días no probaba el cielo, le susurré al oído después de darle un beso al cuello que  terminó en mordida.

-No pares,... recuerda que...te dije que podrías hacer... absolutamente todo... todo lo que... tú quieras, respondió sonriente entre gemidos. Sonreí, y continué moviéndome sobre su cuerpo, cada centímetro es el paraíso para mí, repartiendo besos hasta llegar a su entrepierna, donde de un tirón le quité el calzoncillo.

-He aquí tu primer final feliz, expresé engullendo su miembro por completo, produciéndole un gran gemido, y así comencé a follarmelo salvajemente con la boca, con una mano suavemente me cogía del cabello, acompañando al vaivén que le producía mi frenética, incansable e insaciable felación, hasta que lo hice correrse entre gemidos de placer.

*NARRA VEGETTA*

Él no besa mi piel y mis labios, él besa mi alma, no sé como lo hace, pero se mete dentro sin tapujos. Tiene todo perfectamente planeado, para que yo esté jodidamente enamorado de él, sin vuelta atrás.

Mientras me follaba con la boca, mi cuerpo entero ardía y quemaba locamente, habían sido tres semanas acumulando antojos, acumulando deseos, y cuando hizo correrme, me sentía flotar plácidamente entre las nubes.

Se acostó a mi lado, volví a mirarlo, respiraba agitado, tenía la cara roja, pero sonreía, giré sobre la cama quedando de lado para abrazarlo al mismo tiempo que repartía besos sobre sus mofletes, boca y cuello.

-Sí que fue un final feliz, comenté sonriente.

-Fue sólo el primero, manifestó respirando aún un poco agitado.

-Y mi segundo, pregunté ansioso.

-Soltó una carcajada. Dame unos minutos y entonces lo recibirás, respondió sonriente.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora