CAPITULO 41

278 40 0
                                    

Narra Willy.

Cuando Vegetta me preguntó si había bebido algo para el dolor de cabeza no imaginé que me ofrecería medicamento para eso, por lo que, dudé un poco en aceptarlo, ya que implicaba ir solos hasta su habitación, y temía que mi impulso a lo atrayente pudiera ser inconveniente, porque estar cerca de él resulta ser una dulce tentación, que no quería se volviese irresistible para mí, pero mi dolor de cabeza era demasiado molesto así que decidí ir con él.

Cuando llegamos hasta su habitación, y aunque mi dolor era un poco fuerte, no había nublado mis sentidos y pude observar que a Vegetta, le costó un poco abrir la puerta y estaba nervioso, porque se sentirá así, me pregunté, pero no le di más vueltas al asunto.

Luego entramos y me invitó a sentarme, no lo dudé porque empecé a sentirme realmente mal, estaba mareado y con ganas de vomitar, así que me senté en una esquina de una de las camas, ¿Cual será en la que él duerme y que seguramente tiene su aroma?, que estas diciendo Guille,  me reproché, eso a ti que te importa, es irrelevante en cual duerme, basta ya!

-Oye Vegetta esta haciendo calor o sólo soy yo.

-Sí hace calor,.. las encontré dijo y se acercó a mí con una botella con agua y un sobre de pastillas.

Rápidamente abrí la botella y el sobre y las bebí, puse la botella a un lado sobre la cama y frote mi frente, se había convertido en un dolor insoportable.

-Ay tío, de verdad que no me encuentro bien.

-Encenderé el aire acondicionado para que baje la calor,...oye podemos quedarnos el tiempo que gustes, mientras te hace efecto la pastilla.

-No te molesta perderte los juegos, le pregunté, porque en realidad me daba vergüenza abusar de su amabilidad y su tiempo, cuando podría estar divirtiéndose con algún juego.

-No, respondió, lo más importante para mí es que te sientas mejor.

Cuando escuché el "para mí", el corazón me latió de manera acelerada, volteé a verlo, "para ti", le pregunté, y antes que él respondiera mi mente empezó a jugar conmigo, deseaba que me dijera "sí, tú eres lo más importante para mí, podemos quedarnos aquí todo el día juntos y acurrucarnos en la cama hasta que te sientas mejor", y su respuesta fue "sí claro, los amigos se preocupan por el bienestar entre ellos", y esas palabras hicieron que volviera a la realidad, amigos, pensé, solo amigos, y recordé que yo lo había llamado así ayer por la noche, y el hecho que él me llamará de la misma manera era decepcionante, aunque yo mismo había decidido que lo vería solo como eso. 

Cerré los ojos y cubrí mi cara con mis manos, hasta la luz que se filtraba por las ventanas me estaba resultando molesta, la cabeza aún me dolía y la pastilla no había hecho efecto alguno porque la acababa de beber.

De pronto lo escuché hablándome muy cerca, quité las manos de mi rostro, y Vegetta estaba en cuclillas frente a mí, a solo unos centímetros de mi cara.

-Oye Willy, si quieres puedes acostarte y descansar en mi cama, el tiempo que desees no tengas vergüenza, dijo mientras posaba ambas manos sobre mis rodillas.

Había escuchado todo lo que me había dicho de acostarme en su cama, pero al tenerlo tan cerca me fue imposible dar una respuesta inmediata, me perdí en su hermoso rostro, observando detenidamente sus preciosos ojos, su linda nariz y su provocadora boca, que era la instigación que induce al deseo, me provocaba, deseaba poder besarlo y entregarle en un beso todos mis sentimientos hacia él.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora