CAPÍTULO 191

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*NARRA VEGETTA*

Mierda! Tres horas, sólo tres malditas horas había dormido, bueno al menos una más que las tres noches anteriores, me sentía fatal, más cansado que nunca, enojado, frustrado, desorientado, hecho lastre.

Giré sobre la cama para abrazar a mi Willy,... Mi niño, cuanto batallaste para ayudarme a que pudiese conciliar el sueño, pensaba mientras lo veía dormir, se ve tan bonito, aún con su boquita entre abierta y babeando, no puedo hacerle pasar otra noche de desvelo, definitivamente tengo que comprar pastillas para dormir, no puedo seguir así, esto es horrible.

......

Revisando cosas de último minuto en el apartamento, hablar con Jou el casero, conseguir taxi, pasar por la farmacia y lidiar con el tráfico, de milagro habíamos logrado coger el avión a Madrid. Willy se veía un poco cansado, pobrecillo, eso era mi culpa, pero algo que no se le quitaba era el hambre, puesto devoraba la cena que nos habían servido en el avión.

-Lo quieres, le pregunté ofreciéndole el puré de patata que nos habían servido junto con la carne.

-Sí,... Espera, No lo comerás?

-No, cogelo.

-Seguro?!

-Sí.

-Samu, no comiste al mediodia,... deberías comerlo todo, anda que además de buena pinta tiene buen sabor, come.

-Guille, ya estoy satisfecho, y estoy muy cansado, me duele todo, ya no quiero ni masticar.

-Pero ni siquiera terminaste la carne, a penas y comiste la mitad.

-Es tuya también si la quieres, expresé bostezando.

-Estás seguro, que ya no seguirás comiendo.

-Muy seguro, anda es tuyo, expresé extendiendole el plato, y esto también le dije colocando encima uno de los dos bollos de pan con mantequilla, que nos habían servido.

-Seguro,... segurito?

-Qué sí, anda.

-Vale, gracias, yo sí muero del hambre.

-Lo sé, expresé sonriente, al verlo masticar, con lo que me gusta verlo comer, parece una ardillita mofletuda.

Las horas continuaron transcurriendo, llevábamos ocho de las doce que son para llegar hasta Madrid. Con ayuda de las pastillas había dormido cinco horas, hasta que las ganas de hacer pis me despertaron. Guille dormía apaciblemente sobre su asiento, que envidia, y aunque intenté volver a dormir no pude, malditas pastillas naturales, hubiese comprado de otras pero el farmacéutico no quiso verderme sin prescripción médica.

.........

Recogimos nuestro equipaje, y fuimos a por algo de beber en la cafetería del aeropuerto antes de salir en busca de taxis.

-Ay! Samu, mira nada más esas tremendas ojeras y lo cansado que te ves, que van a decir tus padres, que te la pasas muy mal conmigo, que no te cuido.

-O que no me dejas dormir por las noches, le dije levantando las cejas de forma coqueta mientras sonreía.

-Pringao, expresó con desdén. Lo digo en serio, deja de sexualizar las cosas.

-Vale. Oye no te preocupes por ello, mis padres saben que padezco de insomnio desde hace mucho, desde adolescente vaya,... pero lo más importante, porque se los he dicho muchas veces, que soy sumamente feliz contigo, y también que me cuidas.

-De verdad?!

-Sí, quien es sino tú, que cuando me enfermo, me compra medicina, me la da la en la boca como si fuese un bebé, y se acurruca conmigo hasta que se me quita lo que sea que tenga, y ellos lo saben porque se los he dicho, que mi Guille me cuida y quiere mucho.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora