CAPÍTULO 174

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NARRAN VEGETTA Y WILLY.

*NARRA WILLY

Para mí suerte, el resto de mis amigos no me vieron salir del restaurante, porqué estaban de lo más entretenidos riendo y haciendo bromas entre ellos. Empecé a caminar a paso rápido hacia el hotel, de pronto recibí una nota de voz de Samuel.

*Amor, iré caminando hacia la habitación*

*Vale, estaré contigo en un par de minutos* (le dije en otra nota de voz, mentí al decirle que estaría en un par de minutos, pero no quería desesperarlo, porqué como mínimo me llevaría cinco llegar hasta ahí, si lo hacía corriendo, eso sino me tocaba esperar el ascensor mucho tiempo, así que comencé a correr).

-Cinco minutos después otra nota de voz de mi novio.

*Willy, hace un par de minutos que estoy fuera de la habitación, perdona pero podrías darte prisa por favor.*

*En un minuto estoy contigo*

*Te escucho agitado, vienes corriendo?*

*Tal vez, un poquito, si voy corriendo* (respondí soltando una risita)

*Chiqui, no quiero que te caigas, deja de correr*

*No te preocupes, solo dame unos segundos, estoy a la vuelta del pasillo*

(Le expresé realmente agitado mientras trotaba hacia allí, porque correr ya no podía, ya que empezó a dolerme el costado derecho del abdomen, que mala condición física tengo, no hacer ejercicio y pasar sentado todo el día grabando vídeos me va matar un día de estos, pero mis ganas de llegar hacia Samuel, eran más grandes que mi dolor de abdomen y aún así no paré de trotar, porqué no quería hacerlo esperar, puesto ya me había dicho se sentía mal por el largo viaje.

Y al cruzar el pasillo como si no supiera que ya me esperaba, la mayor de las sorpresas conmovió mi corazón haciéndolo latir con fuerza, al verlo parado y recostado sobre la pared, aproximadamente a quince metros de distancia, Mi Samuel, era lo más bonito que mis ojos hayan visto desde el día que salió de viaje, mis ganas de correr volvieron cuando volteó a mirarme sonriendo, instantáneamente devolví la sonrisa, caminó hacia mi para terminar encontrándonos y fundiéndonos en un fuerte abrazo, prácticamente me había lanzado hacia él.)

-Auch!

-Que sucede, pregunté agitado.

-Me duele la espalda y la cabeza, Amor, manifestó con gestos de dolor.

-Perdona, no quise lastimarte.

-No te preocupes, perdonadme tú a mi, no quise hacerte correr.

(Ummm! "Hacerme correr", pervertidos pensamientos invadieron mi mente con esa frase, porqué por él podría "correr-me" por cuanto me haga, pida que le haga, y las veces que quiera a su completo antojo y de todas las formas y posiciones posibles, pero claro, Samuel, no se refería al ámbito sexual, tonto y pervertido Guille).

-No importa, expresé acariciándole un moflete, concentrándome de nuevo en la simplicidad e inocencia de su frase.

-Ven aquí dijo abrazándome.

(Por Dios! cuanto lo extrañaba, habían sido los días más largos de toda mi vida, luego me cogió de los mofletes para besarnos, mientras yo lo abrazaba por la cintura, me encanta que cuando me besa sostiene mi cara con ambas manos como si fuese la luna.)

-Te extrañe! expresamos al mismo tiempo al separarnos del beso, provocándonos sonreír. 

-Muchísimo, dijo dándome un casto beso.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora