CAPITULO 159

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Narra Willy: Solos, él y yo, mi cuerpo, el suyo, lamo su cuello, doy pequeños mordiscos a sus pectorales, mordisqueo sus pezones, se excita, me excita con su gemir, nos tocamos y profanamos nuestros cuerpos mutuamente, se estremecen los hilos de mi alma con el roce de la yema de su piel donde se acogen los gemidos y saborean lentamente la pegajosa miel. Cambiamos de posición, me encanta tenerlo de frente sobre mi, sentir los espasmos cuando alcanzamos el borde de la locura, me abro más decidido e incontrolable, al mismo tiempo que nos besamos sintiendo la humedad de nuestras bocas, sigo cayendo perdidamente hacia él, su miembro ansioso busca mi entrada de nuevo, hundiéndose en mi cuerpo una y otra vez, gimo y pido más y más, me desorbito en un movimiento, somos un temblor, un estruendo, algo que se derrumba sin forma, sin fuerzas, que sucumbe, mientras una avalancha tibia desciende por nuestros miembros, mientras nuestros cuerpos alcanzan el clímax del alma; esa noche mandé un texto a Luzu para avisarle que no los acompañaríamos a cenar, y que lo dejáramos para otro día, no le di mayores explicaciones, pero no iba a decirle que Samuel y yo, ya estábamos gozando de un delicioso y maravilloso festín.

Un mes más viviendo juntos, todo a nuestro modo, haciendo el amor en todo el apartamento, caminar desnudos por el mismo, y nuestro amor solo aumenta.

Desperté solo sobre la enorme cama de Samuel, bueno técnicamente también es mi cama, ambas habitaciones y camas son nuestras, pero como cada uno tiene su propio ordenador en diferente habitación tenemos la costumbre de decir "Tu habitación o la mía", a veces dormimos aquí y otras allá, y lo más bonito de todo, siempre juntitos. De pronto lo recordé, había llegado el día de mi cumpleaños número veinte, aunque sería el primero que no lo pasaría con mi familia, pero si con mi persona favorita en el mundo entero, mi Vegetta.

Mientras me estiraba sobre la cama, la canción de feliz cumpleaños empezó a escucharse en boca de mi novio, volví a ver en dirección a la puerta de la habitación, Samuel entraba cantando desbordando en su mirada amor y ternura, acompañado de su hermosa y dulce sonrisa, y en manos una bandeja que atada a un costado de ésta, un globo de helio que ponía "Feliz Cumpleaños" de color verde, me traía el desayuno a la cama, no pude evitar sentirme un poco mal por ello, no por el hermoso gesto de mi novio por el cual me sentía maravillado, sino por recordar y comparar el fiasco de desayuno de cumpleaños que yo hice para él. 

*FLASHBACK UN MES ANTES, CUMPLEAÑOS DE VEGETTA* 

-Mierda!! exclamé aterrorizado al ver destruido mi tercer intento de preparar panqueques para Samuel, para los primeros la mezcla había quedado demasiada líquida y aunque intenté arreglarla no funcionó, para el segundo intento habían quedado muy duros casi tiesos, porque olvidé que en las indicaciones decía que había que ponerle huevo para darle suavidad a la mezcla, y los terceros estaban pegados a la cacerola y cuando logré darles vuelta, estos estaban completamente quemados, es que sólo me había distraído por unos segundos con el móvil y se habían echado a perder, lo peor era que me había acabado la harina para hacer más, bueno, intentar hacer más porque todo era un rotundo desastre.

Joder! no tardará mucho en despertar, y ahora que le preparo me dije preocupado, no puedo aparecer en su habitación con un simple plato de cereal, eso no tiene nada de especial, quiero que coma algo preparado por mi, con cariño para él, primero porque es su cumpleaños y segundo porque cuando yo no quiero desayunar mis cereales con fruta, es Samuel quien me prepara algo diferente, a decir verdad del tiempo que llevamos viviendo juntos, él es el único que cocina, y yo me encargo luego de limpiar, aunque él después, siempre hace su inspección para cerciorarse que todo este impecablemente limpio, ordenado y simétrico, me resulta un tanto obsesivo pero también gracioso verlo ordenar todo con tanta dedicación y esmero. 

Observaba los espantosos e incomibles panqueques, creo, bueno no creo, sino que definitivamente debí prestar más atención cuando él los preparaba para mi, y no bobear con mi móvil, de lo contrario no estaría en este caos culinario pensé arrepentido, Vamos Guille!, no eres un inútil, es cierto que desayunas casi todos los días cereal con leche, pero haz visto a tus padres preparar comida, también a tu novio, no puede ser tan difícil me dije impregnándome valor y optimismo, y cuando creí tener una buena idea para prepararle el desayuno, la alarma de incendios del apartamento se burlaba de mi, sonando a todo el volumen posible, que provoco y aceleró el despertar de Vegetta, quien me llamaba con vos afligida hasta que me encontró moviendo la bandeja en el aire de un lado a otro, tratando de ventilar el humo de la cocina, provocado por mi inútil intento de preparar un omelette con jamón y queso, el cual quemé, junto con el pan..

-Willy, éstas bien, preguntó preocupado.
-Sí, respondí avergonzado, sin parar de mover la bandeja, disipando el humo casi en su totalidad que hizo que la alarma dejara de sonar, un segundo después el teléfono sonaba, corrí a contestar suponiendo que se trataría de Jou, el casero preguntando si nos encontrábamos bien porque se había disparado la alarma de incendios proveniente de nuestro apartamento, y no me había equivocado, efectivamente se trataba de él, preguntando por ello, a lo que respondí que sí, dándole una breve explicación de lo sucedido. 

Caminaba de regreso a la cocina totalmente avergonzado y triste, mis ánimos quedaron totalmente destruidos cuando entré y vi el desastre que había producido en todos mis fallidos intentos de preparar un desayuno para sorprender en su cumpleaños a Vegetta, quien estaba limpiando mi desorden de platos, cucharas, cacerolas sucias, y desperdicios de comida, tragame tierra pensé avergonzado. Cariño, no, deja eso, yo lo haré, dije quitándole la toalla de papel con la que limpiaba.

-Esta bien, no pasa nada, yo te ayudo dijo sonriente mientras recogía varios platos sucios.
-Samuel, no, yo lo hago, en verdad deja eso, expresé tratando de quitarle los platos de las manos.

-Willy, no me molesta, déjame ayudarte, exclamó sin soltarlos. 

-Pero a mi sí me molesta, por favor suéltalos manifesté cabreado alzando la voz. Abrió los ojos como platos, sorprendido por mi reacción, bajó la mirada al mismo tiempo que los soltaba. 

-Pero que mierda estoy haciendo, pensé, ni siquiera lo he felicitado por su cumpleaños y estoy gritándole, puse los platos sobre el fregadero a un costado de nosotros. 

-Perdóname manifesté rápidamente mientras lo cogía de ambos mofletes, él continuaba con la mirada baja, Mi amor, lo siento mucho, no quise hablarte de esa manera, por favor perdóname. 

-Que te pasa, porque estás cabreado, preguntó con la mirada y voz apagadas como si temiera que yo estallara nuevamente. 

-Soy un idiota pensé reprochando mi actitud por lo que había provocado en él, solté un gran suspiro de impotencia, porque toda la situación no era lo que yo había planeado. Quería sorprenderte llevándote el desayuno a la cama por tu cumpleaños, pero soy un inútil en la cocina, lo eché todo a perder, lo siento mucho, expresé triste. 

-Mi niño, dijo con una sonrisa en su rostro que mostraba amor, pero al mismo tiempo vergüenza ajena por mi inutilidad culinaria. 

-Perdóname por haberte gritado, supliqué. 

-Tranquilo, no pasa nada expresó acariciando mis mofletes, al mismo tiempo que continuaba mirándome con amor y ternura, eso me hacía sentir más culpable e inútil de lo que ya me sentía porque pudo haberme respondido cabreado por mi actitud pero no lo hizo, sino todo lo contrario, al mismo tiempo pensaba en que tengo el novio más maravilloso del mundo entero y no sé que haría sin él, porque alguien que realmente te ama, puede ver lo complicado que puedes ser, lo malhumorado que te puedes volver, lo difícil que puedes ser de manejar, pero aun así te quiere en su vida. Por cierto feliz cumpleaños Mi Amor, manifesté abrazándolo fuertemente con todo el amor que tengo por él. Que este sea el primero de muchos cumpleaños más en los que la pasemos juntos, Te Amo Samuel, Te Amo susurré a su oído para luego depositar un beso a un costado de su cuello.

-Muchas gracias, Mi Vida, Te Amo Chiqui, susurró a mi oído, devolviendo el beso de la misma forma, luego volvimos a mirarnos y sonreírnos él uno a otro, lo cogí de ambos mofletes y lo besé castamente seguido de un profundo y vigoroso beso, adoro besarlo porque no hay supernova más espectacular que cuando me besa, y sentir su sonrisa contra mis labios en medio del beso, es una de las sensaciones más placenteras del mundo, mi mundo llamado Samuel.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora