CAPÍTULO 181

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*NARRA VEGETTA.

*UNA SEMANA DESPUÉS*

Nos encontrábamos nuevamente en el gimnasio, y digo nuevamente porqué desde que nos mudamos a L.A., Willy y yo, habíamos hablado sobre salir a correr, incluso nos compramos zapatillas especiales para ello, que nos serviría como ejercicio y también para conocer los alrededores de la zona. Empezamos de ha poquito, aunque yo estaba acostumbrado al ejercicio, pero Willy no, quien se cansaba y aburría fácilmente, tres semanas después le convencí de inscribirnos a un gimnasio cercano, para cambiar de rutina de ejercicios, a lo que accedió no muy convencido, dos semanas después le perdió las ganas y gusto de ir, y terminé yendo sólo, que no fue por mucho tiempo puesto siempre había otra cosa que hacer u otro lugar a donde ir para conocer, reuniones de trabajo, de empresas que nos invitaban a probar nuevos juegos y cosas similares, en fin todos los días posponía ejercitarme, incluso en casa y es por ello que aumenté de peso, agregando la ingesta continua de comida de uno que otro restaurante.

Pero al inicio de esta semana, convenci a Willy, de acompañarme de nuevo al gimnasio, está vez a su petición iríamos por las tardes, ya que dijo que por las mañanas de ninguna manera volvía a despertar temprano para hacer ejercicio, a menos que fuera "cardio mañanero" refiriéndose a tener sexo, es un pilluelo, y no puedo quejarme ni discutirle argumento sumamente convincente, por tal razón le di gusto de ir al gimnasio por la tarde.

Este viernes empezaría con ejercicio de peso y luego terminaría con un poco de cardio, Willy por su parte decidió que sólo haría cardio, se notaba que el gimnasio no era lo suyo y venía conmigo sólo por hacerme compañía. Una hora después terminé con las mancuernas y fui en dirección a la zona de cardio, miré alrededor buscando a Willy, pero no lo vi, seguramente fue al baño o ha comprar alguna bebida energizante, pensé, así qué subí a una cinta de correr, y después de cuarenta minutos terminé.

A donde fue este chaval, me pregunté de nuevo mirando a mi alrededor, entre todas las personas, Se habrá ido? No, no me dejaría sólo, y menos se iría sin decirme. Y empecé a recorrer el gimnasio, en su búsqueda, no podía textearle para preguntarle donde estaba, porque para mi mala suerte, había dejado olvidado mi móvil en casa, minutos después lo encontré en una esquina, sentado en el suelo, con el móvil en manos y auriculares.

-Creí que te habías ido, comenté.

El chaval pareció no escucharme y ni siquiera volvió a mirarme, a pesar de pararme frente a él, casi rozando sus pies con los míos, simplemente continuó tatareando y moviendo la cabeza al ritmo seguramente de alguna canción de Coldplay, banda que le gusta muchísimo, y es que, cuando a Willy se le pega una canción de ellos, no para de escucharla hasta dejarla seca. Me senté a su lado y ni se mosqueo, como hacerlo si tenía el móvil en manos, típico de Willy, abstraído por el aparato todo el día, a cualquier hora, capaz de ignorar a cualquier, incluso a mí.

-Willy! le llamé.

-Guille!...

Madre mía, que tan alto tendrá el volumen de la música, y con quien se escribirá tanto?!

-Guillermo, tío no pases de mí, expresé codeándole el brazo, la verdad si me cabrea que me ignore por estar con el estúpido móvil.

-Ey! exclamó con el seño fruncido levantando la cabeza, al darse cuenta que era yo, relajó el rostro.

-Se quitó los auriculares. Hola, expresó sonriente, Terminaste tu rutina?

-Sí, y tú hiciste un poco de ejercicio que involucre algo más que las manos por textear tanto, comenté sarcástico.

-JA, JA! expresó con gestos y tono burlón.

-Bueno y con quien hablas tanto que no te habías dado cuenta que me senté a tu lado?

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora