CAPÍTULO 182

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*NARRA WILLY.

Tal y como lo había dicho Carlos, entramos al restaurante sin ningún problema con la reservación, era un lugar muy bonito y elegante, de pronto me sentí incomodo y fuera de lugar, vestido con vaquero de color azul, camiseta blanca, cazadora negra y zapatillas deportivas color blanco. Samuel, iba un poquito más formal puesto que, aunque llevaba vaquero pero era de color negro que fácilmente podía pasar como uno de vestir, zapatillas deportivas color negro y camisa blanca, también Carlos iba vestido de forma similar a mi novio, a diferencia que su camisa era de color azul.

El camarero nos guió hasta nuestra mesa, y seguido extendió a cada uno la carta de platillos, luego Carlos se excusó para ir al baño.

-Que te pasa, preguntó Vegetta.

-Nada, expresé en una sonrisa, porque si le mencionaba mi incomodidad me diría "te lo dije" puesto me había dicho que vistiera aunque sea una camisa formal, ya que íbamos a un restaurante elegante, pero decidí ignorarlo y darle prioridad a mi comodidad antes que a la elegancia y buen vestir.

-Adivinare, estás pensando en que debiste escucharme y hacerme caso de ponerte camisa, expresó con sonrisa burlona.

-Abrí los ojos como platos, éste lee mentes o qué, pensé sorprendido. No, ni siquiera me acordaba de eso, respondí tranquilamente tratando de disimular.

-Ay chaval, cuando entenderás que todo lo que piensas ya lo he pensado, manifestó en una sonrisa, provocándome sonreír, tenía razón así que no iba a discutir por ello.

-Sólo una cosa más.

-Qué?

-Te lo dije, exclamó soltando una risita a la que terminé uniéndome.

-Carlos volvió a la mesa. Y en ese instante la mirada de Samuel cambió, su cuerpo se tensó, como si le molestara la presencia de mi amigo, lo conozco, estaba molesto con Carlos, pero trataba de disimularlo con él, porque para mi era más que obvio.

-Listos para ordenar, nos pregunto Carlos, sin darse cuenta por un segundo de la actitud de mi novio.

-Todo el menú se ve delicioso. Alguna recomendación, pregunté, para que la conversación empezara a fluir.

-Segun recuerdo, aquí la langosta rellena, es un manjar de los dioses, respondió.

-Vale, pues una langosta rellena para mí, manifesté. Y tú Samu?

-Sí, está bien, quiero lo mismo, respondió encogiéndose de hombros.

-Carlos, hizo gesto con la mano al camarero, llamándolo, este se acercó a nosotros, Carlos ordenó para los tres y el camarero anotó nuestro pedido, después preguntó si acompañaríamos la cena con algún vino.

-Chicos que os parece una copa de Chardonnay para acompañar la langosta?

-Vale, asenti con la cabeza.

-Seguro, contestó Samuel, serio.

-Muy bien, exclamó Carlos, tres copas de chardonnay, por favor.

-Enseguida, contestó el camarero.

-Disculpe, prosiguió Carlos, mejor nos trae la botella, porqué mis amigos y yo necesitamos relajarnos, Vegetta rodó los ojos, sacó su móvil y empezó a ver quien sabe qué.

-Sera un placer, enseguida traigo su botella de vino, expresó el camarero, yéndose enseguida.

-Pero anda cuenta con lujo de detalle como es que estás aquí en Los Ángeles y que te quedarás a vivir, que en los mensajes no me quisiste contar, pregunté a Carlos.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora