CAPITULO 14

357 44 0
                                    

Narra Vegetta.

Por todos los santos son increíblemente lindos, ese par de ojitos chinos, pero no solo sus ojos, también su nariz, su boca, su rostro entero, todo él, como puede existir tanta perfección en una persona.

Quería abalanzarme sobre él y besarlo, deseaba meter mi lengua en su boca y hacerla mía, pero no podía hacerlo, así que respire profundo y me contuve, lo único que pude hacer fue sonreír, eso provoca en mí cuando lo veo, sonreír como tonto.

Y así sin más correspondió mi sonrisa y cuando lo hizo sus ojos se cerraron más como siempre lo hacen cada vez que sonríe, luego apartó su mirada y vio la pantalla, jodeeer! es que hasta de perfil es precioso.

Y de pronto me sentí vacío, quería seguir viendo sus ojos y que él mirase los míos, quería seguir sosteniendo la mirada con Willy, porque al ver sus ojos era como una inyección de adrenalina, y al mismo tiempo me daban calma, me hacía sentir seguro, que estando junto a él nada podría pasarme. 

-Luzu, me codeó, esta brutal el juego, comentó.

-¿El juego?, ehh siii brutal, mentí.

Es que no le había prestado atención al juego, a nada respecto a la conferencia mejor dicho, del tiempo que llevábamos sentados, la mitad me la había pasado viendo con el rabillo del ojo a Willy, y la otra fantaseando con él, bueno eso sería un cien por ciento dedicado a Willy. 

No podía evitar sonreír de felicidad, hasta ahora habían sido los segundos mas bonitos de mi vida.

Haber venido a Los Ángeles era la mejor decisión que había tomado, y solo pensar que pude haberme negado a venir y quedarme en Madrid y privarme de haberlo conocido me asustó.

Pero lo que más me aterraba era que después de ésta conferencia no volvería a tenerlo tan cerca y peor aun, no volvería a verlo.

En cualquier parte del mundo, siempre que sea contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora