prólogo

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Entre una hermosa mañana y un malhumorado día, se encontraba Erick Ovens sobre la alacena de la cocina. Este mantenía la vista en el periódico, sobre el noticiero y farándula de "su hermosa imagen".

—¡Ah yo soy bello!—se admiró así mismo.

Delante de él, se encontraba una hermosa y joven chica preparando el café. Abby laboraba en su primer día de trabajo, y por lo tanto debía mantener buena presencia para no estorbarlo.
La pobre tomó la taza de café y se lo dejó a un lado de la mesa.

—Aquí está su café, señor.

Erick dejó de leer y tomó la taza llebandola a su boca, mientras Abby esperaba que le dijera que "estaba bien o delicioso".
Absorbió una gran parte, pero con la maldad corriendo en su ser, escupió el café en la cara de la pobre muchacha.

—¡Asco, esto está malo!— espetó molesto.

Eso fue un insulto para ella, y con cierto pesar se limpió su rostro. Pensaba reclamarle o darle con el sartén, pero luego recordó que debía conseguir el dinero para costear el tratamiento de su padre y debía -por ello-, tratarlo de "usted".

Y así sin más, la pobre Abby vivió un infierno.

Así sin más, Erick dejó su odio con los demás, menos con esa pobre muchacha a quién quería hacerle la vida de cuadrito.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora