Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔

Colorín colorado, el infierno a comenzado (parte 2/2)

Erick después de haber pasado una noche fogoza con dos hermosas mujeres, volvió a su antigua rutina: su cama, amanecer con dolor de cabeza, trabajar y seguir siendo un tonto.

Se levantó tarde (como siempre), y salió directo a su trabajo. Allí empezaron a planificar sobre la portada de la revista; nunca estuvieron de acuerdo con lo que opinaba Erick, puesto que decía que la nueva imagen "Alisa" no era lo suficiente llamativa para esa portada, y que las demás tampoco lo era.

Nadie apoyaba sus ideales, porque Erick no pensaba las cosas antes de decirlas; su cerebro funcionaba como un perezoso -Sin ofender al perezoso-, y por ello él no reaccionaba a lo que decía.

Pero la idiotez de cada unos, tenía lógica.

Resulta qué, Alexander Ovens, padre de los cuatros príncipes guapos, tuvo una infancia triste, tras haber perdido a su padre a su ocho años, no tuvo una figura paternal que lo respaldara. Su madre Catalina lo crió haciendo de él un joven profesional. Alexander siempre fue bromista, alegre y divertido. Refugiaba su soledad siendo 'payaso', Sentía que siendo como tal podía permitir que personas cercanas fuesen feliz con su locura, y eso lo hacía feliz.

Pero Alexander siempre fue un hombre hermoso, sumamente sexi. Las chicas lo adoraban, y con su estupidez llegó a llevarse varias mujeres a su cama. Pero conoció a Eva, madre de Alex y Aldo, en la universidad, cuando ella ingresó como estudiante nueva en su propia aula.

Un día que el profesor los juntó, no se imaginaron que de allí formarían una historia, pues cuando hicieron en tarea juntos en casa, acabaron teniendo sexo, y de allí ella quedó embarazada.

Alexander no se sentía preparado para tener un hijo. ¿Como ser un buen padre cuando no sabe lo que es serlo? ¿como darle una educación a tu hijo si no tuviste buena infancia?

El pobre no sabía que iba a ganar o perder si aceptaba hacerse cargo de la criatura, por ello le dijo a ella que abortara.

La pobre Eva no se esperaba que su primer amor la rechazara y le pidiese abortar. Por ello se negó rotundamente. Nunca abortaría, y lo peor fue haber sido echada de su casa.

Tuvo que mudarse con su amiga y ayudarla a pagar el apatarmento. Luego de que esa relación acabara, Alexander fue teniendo errores y más errores, todas los rechazaban, ya no gustaba como ante, pues ya todas sabían la clase de patán que era. Y así sin más, Alexander sentó cabeza-por un tiempo-, se ganó el perdón de su amada Eva y se fue a vivir con ella con la aprobación de su madre.

Cuando nació Alex la vida de ambos padres cambió para siempre. Alexander cargó a su pequeño y se miró así mismo reflejado en esos ojos tan hermoso, tan azules como la misma naturaleza que reflejaba el mar. Una pequeña lágrima se escapó de aquellos ojos grises y abrazó a su pequeño, mientras que otros par de ojos lo observaban con ternura.

Así fue tratando de estabilizarse junto a su mujer y su pequeño. La ayudaba en lo que podía, pero el dinero, la universidad y el trabajo lo afligían hasta llevarlo al borde de la locura, el pobre Alexander necesitaba idear sus ideales para crear una futura microempresa, pero el llanto de ese pequeño en plena noche no le permitía nada.

Se refugió entre el alcohol, cuando Eva le reclamaba él le discutía hasta que terminaba dormido en el sofá. Tanto problemas llevaba en su mente que corrió hasta un bar de mala muerte y tomó todo lo que pudo, y allí conoció a una hermosa joven llamada Milagro, aquella joven apena tenías 22 años y era de nacionalidad mexicana. Tuvieron una leve charla y como siempre, ella calló en sus encantos entregando poco después su virginidad a ese hombre tan apuesto.

Problemas surgieron entre Eva y Alexander, mientras qué cuando ella lo rechazaba, Milagro lo esperaba con los brazos y las piernas abiertas. Hasta que un día Alexander se cansó de estar con Eva y sus exigencias, y la dejó a ella y a su pequeño Alex por irse con Milagro, la cual había embarazado.