Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔

Puedo ser buen padre cap 41

Miren ese regalo, es importante para algo que pasará. 😉

Capítulo dedicado para todas en el día del amor y la amistad, pero en especial para una lectora fija que hoy cumple años theangelofanime

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Vaya golpe da la vida, de repente piensas que todo lo estas haciendo bien y resulta que no es así. El karma es tan vengativa como la muerte misma. Se dice que ambas andan tomadas de la mano, deciden qué castigo darte, o te dan tu merecido en una agonizante muerte o te dan una lección para que reflexiones y arregle tu error.

No todos reaccionan de la misma manera, unos se afligen en el vicio a causa de la soledad o porque simplemente son tan débiles que no pueden llevar esa carga encima. Otros se suicidan porque la culpa del mal que hicieron no los dejan dormir en paz. Y ahí es donde entra Erick, sintiéndose totalmente perdido. Pero aún él no había visto lo peor, solo estaba en su oficina, pensando en esas palabras le dijo a la pobre Abby.

Ahora analizaba sobre tener un hijo, de repente una sonrisa se formó en su rostro, susurrando: -¿Un hijo? Quizás no sea tan malo después de todo.
Luego llevó una mano a su mentón y lo acarició mientras daba vuelta en su sillón. Esta vez cerró los ojos y reflexionó que no sería tan mala idea, él podría tratar a su hijo como su padre no lo trató a él. Podía enseñarle a jugar fútbol, si fuese un niño, pero si fuese niña podía jugar fingiendo ser una mujer y tomar una tacita de té.

Se hizo ideales hasta que se dió cuenta que la había cagado con Abby, por primera vez vió difícil el hecho de hacer que lo perdone. Y lo pensó, pensó en como ella lloraba, como ella quería buscar una solución. Y en su mente llegó la pregunta: «¿Y si lo aborta?», ahora debía buscarla y enmendar su error. Así que salió por la puerta dispuesto a pedir perdón.

Mientras que la vida a veces te sorprende de manera hermosa o cruel, Abby pudo entender que a su alrededor habían personas con problemas mucho más grande que los de ella; por ejemplo, el señor que está sentado con ella en una cafetería contando su historia. Se llama Noel Bretaña, un español de setenta y nueve años, pronto cumpliría su ochenta años y esperaba no estar tan solo, aunque era evidente que lo estaría, pues su esposa e hija no estarían con él, como en la pascua, nochebuena y año nuevo. No había nada especial en su vida desde que su hijita se marchó.
Noel tenía uno de los mejores bares y restaurantes, en dicha ciudad era el más popular, pero desde que su hija murió había cerrado el negocio ya que no podía administrarlo. Su vida había dado un giro, no salía de casa, incluso hasta toman alcohol pese a que su doctor le prohibió hacerlo, pues el sufre de problemas cardiaco.

El día en que conoció a Abby pensaba dar por terminada su vida, no quería vivir solo y vacío. Tenía una cuenta con una gran suma de dinero, tres casas, diez vehículos, y en España una agencia turística que una vieja amiga le administra y la parte de su dinero se la envía siempre a su cuenta.

Ahora el le contaba esa historia a Abby quién estaba sin palabras de tan solo escucharlo, le veía una enorme tristeza en sus ojos.

-Dios mío, lo lamento mucho. ¿De qué murió tu hija?

Él llevó la taza de café a su boca, luego de tomar un poco, respondió -: cáncer en la matriz pero le hizo metástasis a sus órganos, ni el dinero que yo tenía pudo salvarla, en realidad el dinero no sirve para salvar a nadie con cáncer , pero sí para costear el tratamiento que es bastante caro, y son pocas las que pueden salvarse.

Abby sintió un pesar en su ser, le dolía escuchar su historia.

-Lo siento mucho, desde ahora usted tiene una amiga en quién confiar.