"pídeme" cap 71

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Canción: pideme- Diego Verdaguer.

"Pídeme que mueva las montañas
o que me ponga a volar
que baje a lo mas profundo
de las aguas de la mar
Pídeme mi vida
pero no me pidas
que te deje yo de amar..."

. ....

Soltó su manita cuando la enfermera avisó que debía regresar porque el niño sería preparado para unos exámenes quirúrgicos y desde ahí se dictaminaría si el pequeño podía ser operado cuanto antes. Por alguna razón, Erick sintió que dejaba parte de su corazón en aquel pequeño que le llenó de esperanza. Un sentimiento hermoso se apoderaba de su ser, aunque apenas estaba asimilando la realidad.

Al salir de allí pensó en ella, en su Abby, en esa mujer que estaba destrozada y que él necesitaba consolar. Debía conseguirlo, al menos intentar animarla para que ambos se apoyasen en ese momento.
De haberse retirado la bata y el tapa boca, salió encontrándose con Emely y su hermana quién se mostraban más calmadas.

-Erick, ¿como viste al niño? ¿Reaccionó?

Emely se mostró muy preocupada y Erick lo sabía, ahora necesitaba darle palabras de aliento y así tomar una hora en buscar a Abby y hablar con ella.

-Lo ví calmado, incluso me sonrió y aprestó mi mano cuando le susurré ciertas palabras, siento que todo saldrá bien, así que pongamos esto positivo que el de allá arriba, no me falla -dijo al señalar hacia arriba refiriéndose a su Dios. Erick de por sí creía mucho y aunque no iba a misa- porque pensaba que no era necesario y que con sus buenos actos eran suficiente-, el siempre sacaba momento para Dios.

-¡Oh cielo, que alegría! -exclamó Lorena con sus manos unidas su boca. Emely sonrió ante lo que Erick dijo y lo abrazó de repente.

-Gracias Erick, gracias -susurró.

-No tienes que agradecer, ahora quisiera que me permitan arreglar un asunto, ya saben, con mi esposa -dijo haciendo énfasis en "esposa" Para él era algo de orgullo el poder llamarla como tal, aunque sólo era su mujer.

-Claro, habla con ella, de seguro entenderá -dijo Emely -. Se ve buena chica y en se nota su amor por ti, en este momento debe sentirse mal o sorprendida. Así que vete tranquilo, yo te llamaré si deciden operar al niño hoy mismo.

Erick tomó ambas manos de ella y le dió un apretón de agradecimiento.

-Si, por favor. Esperaré esa llamada.

Había salido de allí con total desespero mientras llamaba a Abby, pero su teléfono estaba apagado y eso sólo hizo que Erick se sintiera peor. Así que llamó a su casa porque su sirvienta debía estar ahí, y como lo pensó, ella contestó al instante.

-Buenas noches, ¿con quién tengo el gusto?

-Ofelia, Habla Erick, ¿Abby no ha llegado? -preguntó mientras esperaba que el ascensor bajara al piso uno.

-No señor, ella no ha llegado, ¿le dejo un mensaje en cuanto regrese?

Erick maldijo internamente, sólo había uno o dos lugares en donde ella podía estar.

-Si ella va, dile que me espere ahí.

Colgó y salió con suma rapidez del lugar, dirigiendo sus pasos hacia el estacionamiento. Buscaba por doquier su rostro, en cada mujer que veía pero no la encontraba. Siguió su rumbo hasta encontrar su auto y fijarse que el de ella ya no estaba. Así que entró en el y pensó que podía estar en casa de su padre.

Encendió el motor y manejó por la ciudad sin dejar de mirar por cualquier lugar que se asomaba ante su vista. Minutos largos corrieron y la carretera cada vez era más larga, hasta que al fin había llegado a casa de Gonzalo, y supo que ella estaba ahí porque vió el auto estacionado en una esquina. Salió del auto con agilidad y corrió hasta la puerta en donde no dudó en tocar cinco veces por segundo.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora