descubriendote cap 16

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Ironía de la vida, pues en una cama están dos personas que dicen odiarse. Dos personas que cada día se llenaban de rechazos y problemas, ahora, como si la vida se tratara de un juego, ahí estaban ellos, abrazados... ¿Increible, no? Pues si, bastante increíble. Erick tenía una parte buena, y una parte mala. Entre las buenas se encontraba: su bondad en ciertas cosas, su manera de insistir, sus palabras, sus caricias y su forma de ver la vida: divertida. Y entre las malas: lo posesivo que suele ser, los celos que pueden hacer que se descontrole, sus humillaciones, su odio, y la manera en que puede lastimar a una persona si se lo propone.

Pero Erick estaba ahí, siendo ese joven bueno, ese chico que se dejaba querer. La estaba abrazando, apretado a su pecho. Suspirando al recibir el olor de su pelo. Sonrió entre su sueño, sonrió en la realidad. Que bién se sentía amanecer con alguien que te hace ser tu mismo. Ella intentaba alejarse inconcientemente de él, aún dormida buscaba como correr de sus brazos. Pudo finalmente cambiar su posición y quedar cuesta arriba. Aún dormía. Erick abrió sus ojos y lo primero que vió fue su rostro, sonrió, lo había logrado. Había obtenido que ella durmiera ahí.

Pero, ¿por que se alegraba de que ella durmiera con él? ¿No era solo follar?. Ya las preguntas lo estaban indagando. Solo sonrió, no hizo más nada que eso. La miraba dormir y a la vez acariciaba su rostro. «Que hermosa eres, mi chiquita». Volvió a suspirar y pensó: «No sé que hago mirándote ahora mismo, no sé porque me alegro de que estés aquí, no sé, ni tengo idea del porque quisiera verte así cada día». Esta vez se rió, lo hizo por pensar en algo: «Ya lo has logrado, que bien debes sentirte tenerme entre tus manos, eres toda una mujer capaz de lograr eso y más, felicidades».

Habían pasado tanto minutos en que él la miraba que ya se había perdido en su rostro. Ella ya sentía que alguien la observaba y cuando abrió sus ojos lo vió a él, todo rojizo y sonriente. Tragó seco, no sabía cómo tomar ese gesto. Tampoco sabía porque se quedó ahí dormida.

-Buenos días, princesa -le susurró Erick sonriendo.

-Buenos días, estúpido -fue lo primero que se le ocurrió para no verse cursi.

-Que hermosa eres cuando te levantas, pensé que eso era falso, que algunas corrían al baño para asearse y maquillarse y después regresar a la cama -bromeó logrando que ella sonriera.

-Pues no, yo soy Abby, toda natural.

-Abby, me encantó amanecer contigo. Tachame de loco, lo que quieras, pero lo acepto, me encantó y seguiré insistiendo por más.

Ella se levantó algo aturdida sin entender mucho.

-¿Más sexo? ¡Usted no se cansa de follar!

Erick la tumbó en la cama y se subió encima de ella, sintiendo toda su desnudez.

-No he hablado de sexo, ridícula. Te estoy hablando de querer esto en mi puta vida, de quererte aquí, en mi jodida cama. Y bueno, ahora que me recuerdas el sexo, si deseas podemos hacer el mañanero.

Ella negó intentando alejarlo, estaba totalmente desnuda.

-Ni lo sueñes, ¿piensa que yo soy de piedra? Recuerdas que yo soy la que tiene que aguantarte, tu solo la metes y ya.

Erick se carcajeo encima de ella. Se rozó entre su intimidad, besó su frente.

-Tú si quieres, no lo niegues. Dos años sin sexo, no se compensan con dos folladas.

-Corrección: tres. Le recuerdo que estuve con...

-No me lo menciones. Ya te odio.

Ella sonrió llevando su mano hasta su boxer y descubriendo la erección mañanera.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora