Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔

El juego de Katy cap 25 (parte 1/2)

Erick respiró profundo, quería solamente un jodido momento a solas, no quería molestia del pasado y menos a la mujer que tanto daño le hizo. Quería pensar, deseaba aclarar todos sus pensamientos y con ella ahí sería un caos total.
Los ojos de Erick solo miraban a una mujer que él hacia culpable: Paula. Ella supo con esa mirada que esa idea a Erick no le gustaba.

-No me mires así Erick, no sabía qud ustedes tenían un problema tan grande. Ella viene conmigo, así que no te preocupes.

Erick llevó una mano a su mentón y lo acarició lentamente.

-Se suponía que era para trabajar, no para vacacional. Pero ya está estamos aquí, y no me iré con ustedes. Nos vemos en el hotel.

Erick se había marchado y Paula miró malhumorada a su amiga.

-Erick está totalmente enojado contigo, creo que debes rendirte -aconsejó ella cruzada de brazos.

-No te preocupes, es algo con lo que he lidiado parte de mi vida, así que yo sé lo que hago. Él volverá porque creo que tengo algo que lo debilita; yo me encargaré de descubrirlo -murmuró asegurada.

-Soy tu amiga, y ni siquiera sé que fue lo que le hiciste a él para que te odiara, ah espera ya recuerdo, te metiste con Alex -dijo sarcástica.

-Fue un plan de él, y no fue por eso estúpida. Así que vámonos que tengo cosas por hacer -respondió sonriendo.

..

Abby observó el reloj de goma que le adornaba en su brazo, le faltaba una hora para irse. Estaba aburrida, había limpiado completo y sentía que empezar a adaptarse sin el molestoso de Erick, iba a ser un poco difícil. Quién le diría a ella que se iba a acostumbrar a semejante persona tan molesto y a la vez tan dulce.

Ella fue hasta su habitación y se acostó en su cama. Recordando todo aquello que ella si valoró como algo especial. Él le gustaba mucho y eso no se le pasaba a cualquiera tan fácil y menos de la manera en que él se alejó. Respiró ese aroma en su almohada, cerró sus ojos abrazandola. Hubiese deseado tenerlo más pero sabía que era imposible, ya no se podía y solo le quedaba conformarse con dejarlo ir.

Se durmió ahí sin haberlo querido y en sus sueños había aparecido él, saliendo entre humos, todo estaba oscuro y ella estaba en toalla sentada sobre un banco.

-Erick, ¿Qué haces aquí?

Erick sonrió y se acercó a ella, llevando su dedo pulgar a su boca y rozando sus labios. Luego la tomó de sus manos y la hizo levantar.

-Eres mía Abby, de alguna manera lo eres, no importa si estás con él.

-No estoy con él, tú fuiste quién me llevó a él. No me dejaste decidir, Erick.

-Era necesario, no puedo tenerte conmigo, no nos amamos y él si puede amarte.

Ella empezó a llorar, en su sueño era más débil. No podía controlarlo. Lo abrazó apretandolo a su cuerpo dejando que su toalla cayera.

Erick la besó con deseo, con posesión.

-Te visitaré aquí, por aquí no es prohibido -le susurró cargandola.

Se sentó en el suelo y con ella encima. Ya no tenían nada puesto.

-Si, hazme tuya por favor. Hazlo una vez más. No, hazlo siempre.

Erick paseó su traviesa lengua por su cuello, besandolo y chupandolo con tanto deseo. Chupó ambos senos, sintiendo como estos se erizaban. Ella jadeó levantándose un poco y dejando que aquel miembro entrara lentamente en su cuerpo, haciéndola gemir y sentir entre el sueño y la realidad el deseo de su cuerpo.