Un milagro cap 37

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-Esperamos que cumplas un mes, recuerdas que hicimos una operación para conservar tu seno, y hasta que no sanes no podemos iniciar el tratamiento. -le dijo Aaron preocupado a Katy. Ella sintió cómo su mundo desmoronaba en segundos, pensó que podría empezar rápido y así no estar más preocupada de que eso se propague. Creía que todo iba tan perfecto, que ella podría sobrellevar todo de esa manera. Y en los últimos días creía que no le afectaría tanto, pero sí, una lágrima rodó en el consultorio del Doctor. Él se levantó de la silla y fue hasta ella hasta agacharse y poner una mano en su pierna-. No tienes porque llorar, no pasará nada, el cáncer el lento para propagarse y al menos pudimos eliminar el tumor.

-¿Qué efecto tendré con la quimioterapia en pastilla?.

-Los efectos secundarios varían según la condición del paciente para recibirlo. Puedes que tengas náusea, pérdida de apetito, dolor de cabeza e incluso en alguna área del cuerpo.

-¿ Mi cabello también se caerá? -preguntó desconcertada. Sus manos temblaban, y él las tomó dejándole un leve beso en ellas.

-En algunas no pasa, aunque existe probabilidad de eso. Pero... ¡Vamos Katy! ¿A quién le importa el cabello en esto momentos?. Lo importante es sanarte.

Katy empezó a llorar y él se levantó yendo a la puerta, la cerró para que nadie interrumpiera y fue hasta ella. La tomó de las manos y la levantó, ella lo miró con ese miedo que invadía su ser.

-Yo no te dejaré sola, estaré contigo y te daré todo el apoyo y cariño que hace falta. He escuchado que el amor puede sanar porque te anima y te da fuerzas. ¿Quieres que juntos hagamos el amor?

Katy frunció el ceño, ¿hacer el amor desnudo o hacer el amor al enamorarse? No entendía nada. Entonces soltó una leve sonrisa de confusión.

-¿Hacer el amor? No quiero pensar mal, pero es que me obligas.

El doctor supo que no había buscado la palabra correcta, entonces se carcajeó.

-Bueno, no me refería a eso, aunque vendría incluido en el paquete, si quieres -respondió sin dejar de reír, ella se puso roja, era la primera vez en que había pasado de una cita sin sexo con alguién que le gustara.

-Creo que se me olvidó que estoy enferma... no sé, no quiero que bromees con mi corazoncito. No quiero que cuando yo me ponga más fea, sin cabello y más delgada, tú te alejes. Yo no...

Él la besó silenciando sus palabras, la tomó de ambas mejillas y se profundizó en un suave y delicioso beso. Katy enseguida lo abrazó, sintiendo sus hormonas alborotadas. Ya si sentía esa palabra llamada amor con un beso. Y sus manos bajaron inconscientemente hacía la nalga bien esculpida del Dios Aaron. Las apretó sintiéndose gloriosa de al fin hacerlo.

-Me... estás tocando el trasero -pronunció él riendo. Ella lo miró y no evitó soltar una corta carcajada.

-Tenía que hacerlo, me mataba el deseo.

-Hmm, a esta altura no me sorprendería si tocaras algo más sin mi permiso -murmuró con una voz ronca y definitivamente sensual. Katy mordió su labio inferior, ya sentía ganas.

-No te sorprendas. -volvió a besarlo, luego se separó un poco-. Esta amorterapia me gusta más, creo que deberíamos empezar rápido este tratamiento.

Aaron sonrió, besando su frente y luego abrazándola, la cual le dejó a ella sentir algo muy pero muy duro rozar su abdomen.

-Te daré la receta de cuando te daré amorterapia -murmuró alejándose y tomando un papel, en donde apunto todo. Ella lo tomó y sonrió cuando leyó lo que decía:

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora