Las horas transcurríeron y ella ya les había preparado un delicioso almuerzo: Bistec encebollados, arroz blanco, ensalada verde y rusa. Era una experta cocinando y todo le salía perfecto. Erick se había lamido todos los dedos, pero con su orgullo devuelta no quería decirle a ella lo rico que había cocinado.
-Estuvo delicioso, Abby -murmuro Aldo, ella sonrió agradecida tomando los platos.
-Una exquisitez. Creo que me mudaré aquí solo por la comida -opinó Jordy riendo y recibiendo una parada de Erick.
-Ni sueñes.
Erick fue el único que no opinó sobre la comida, eso a ella no le sorprendió, sabía que él la estaba celando hasta con la sombra.
Así que se retiró.
Cuando el sol se ocultó dejando que la luna se se asomara, Abby tomaba un descanso. Tanto Aldo como Jordy habían salido y le pidieron que no hiciera cena para ellos, por eso ella solo cocinó para Erick, quién estaba encerrado en el cuarto de la Biblioteca que él tenía. Y así ella estaba más tranquila, sin ruidos, sin jefe molestandola . Estaba muy agotada.
Se sentó en su cama y tomó su teléfono, decidió llamar a su padre. Quería saber cómo estaba. Él le había dicho que todo estaba bien y que Carmen, la antigua compañera de ella, había ido por allá a prepararle algo de cenar. Ella sonrió agradecida, debía visitar a Carmen en cuanto pudiese para contarle sobre lo que le estaba sucediendo. Colgó deseándole una buena noche a su padre.
Ya había terminado su turno en la casa, todo estaba limpio e impecable. Ya no tenía porque seguir haciendo más oficio. Así que ella retiró su ropa y pasó al pequeño baño que se encontraba ahí. Solo era una ducha pequeña y un inodoro que lo adornaba.
Erick había cenado mientras sabía que ella estaba encerrada en su cuarto, incluso le había puesto seguro. Él llevó los platos al lavadero y los limpió. Sabía que ella estaba cansada y no quería molestarla, pero no quería dormir solo esta vez. Quería estar con ella. Así que subió a su habitación, se duchó y se puso una pijama. Marcó al número de ella, para hacerle un último pedido.
-¿Qué quieres, Erick? -preguntó al contentar.
-Me duele un poco la cabeza, creo que hacer ejercicio con el día tan frío, me hizo daño. ¿Podrias traerme alguna pastilla y agua? Por favor.
Abby solo suspiró molesta, quería ya lanzarse a la cama. Deseaba hablar un poco con Daniel pero ni eso podía con Erick encima.
-Está bien.
Se terminó de poner su pijama: pantalón largo color azul, blusa sin brasier del mismo color, y pantuflas. No tenía tiempo para vestirse mas decente, ella solo quería dormir. Buscó algunas pastillas y encontró la la aspirina, entonces tomó agua y en una pequeña bandeja puso cada cosa. Subió a su habitación y tocó con su pie.
Enseguida Erick abrió fingiendo un dolor crónico. Incluso se había lavado con agua un poco caliente para fingir fiebre.
-Pasa, estoy mal.
Ella se preocupó un poco, sí lo veía mal. Él se acostó y enseguida ella le pasó el vaso y la pastilla. Este se la había tomado aunque no tuviera nada.
-Eso le pasa por cabeza hueca -opinó ella cruzando sus brazos. Erick se acostó arropandose y fingiendo mucho temblor.
-Me siento muy... Mal, tengo... Frío -tembló nuevamente y ella no sabía que hacer.
-Entonces arropese bien, ponga el calefactor lo más caliente posible, y adiós -dijo alejándose, no quería quedarse ahí, lo conocía y se conocía ella misma.
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Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔
Romantik(Libro paralelo, puede contener spoirler de Enseñame a seducir, no lo leas los dos a la vez. Si el primero no te interesa, puedes continuar con este) El idiota más grande de "Enseñame a seducir" llega a contar su historia. (Segundo libro) Erick O...