Fingir (parte 3/4)

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Chicas antes de que empiecen, me estoy comportando bien al escribir varios capítulos, eso se debe a que ustedes me pagan cuando comentan, o sea, leer sus mensajes me inspiran, eso sucedía con "Enseñame a seducir", terminé esa obra en tan sólo cinco meses y fue más por los tantos comentarios que recibía. Es genial leerlas, saber que algo bien hice, o si escribí algo mal. Acepto críticas constructivas, ya que me ayudan a mejorar. Ustedes son mi inspiración.


Así que no te vayas nunca sin al menos decirme si el capítulo fue genial o malo 😘😘😘😘

(Acepto ideas)
......

Aquél pelinegro no podía creer que esa chica lo hubiese abofeteado. El enojo se hizo presente y la siguió hasta alcanzarla tomándola de su muñeca y logrando a fin detenerla.

-Eres una mal educada, debes guardar respeto a tu jefe. ¿Sabes que puedo denunciarte por agresión? -le gritó frenéticamente. Abby desencajó la sonrisa que llevaba antes de él detenerla e hizo fuerzas para retirar su mano de ella.

-Yo si puedo acusarlo de acoso sexual y moral ante mi persona, a usted no le conviene meterse conmigo, porque puedo hundirlo -le advirtió segura de sí misma. Erick se rió a carcajadas dejándola libre de su mano.

-Eres tan ingenua, yo soy poderoso, soy millonario niñita, yo puedo hacer lo que sea. Si me da la gana tenerte en mi cama, tú no te puedes oponer porque yo soy bello, ¿por qué te resiste a tanta belleza? ¡mírame! -murmuró con su ego elevado, mientras que ella lo miraba sin gesto alguno, odiándolo más de la cuenta. Erick es el tipo de hombre que Abby aborrecía, ella no necesitaba un idiota en su vida.

-¿De qué le vale tener belleza, si no usa la cabeza? ¿de que vale creerse poderoso cuando es pobre de corazón? ¿de qué le vale tenerlo todo, cuando no tiene una buena mujer capaz de enamorarse de usted?. -Lo miró desafiante-. No le vale nada, Don vergas.

Erick sintió lastimado su orgullo de hombre. Ella había atinado en todo, lo sabía, pero ahora con esas palabras quedaba claro que ella había firmado un acuerdo de odio entre ambos. Él, intentando mostrar lo que no es, y lo que tampoco le interesa ser, decidió fingir y causar lástima diciendo:

-Wao... Tú tienes... Tú dijiste la verdad. Es que... Dios, no sé que me pasa, perdón por ser tan estúpido, lo que pasa es que... Con la muerte de mi padre y mi hermano en coma, yo... -bajó su cabeza y le dió la espalda llevando una mano a su boca, sonrió, pero como llevaba el don de la actuación en su sangre, instantáneamente llenó sus ojos de lágrimas, y agregó -: soy un maldito, eso soy.

El gemido de llanto le avisó a ella que él en verdad se sentía mal. Abby no estaba creyendo hasta que escuchó como jadeaba con su llanto. Ella no sabía como consolarlo, pero tocó su hombro, sentía pena por él haber perdido a su padre y por lo ocurrido con Alex.

-Lo siento señor, no era mi intención hacerle recordar todo eso, pero usted se lo buscó -le dijo retirando la mano de su hombro. Erick se giró ya con algunas lágrimas falsas brotando de sus ojos, la cuál hizo que Abby se sintiera mal. Ver a un chico llorar no se apreciaba todo el tiempo y ella era consciente de ello.

-Lo sé, y de verdad no se que me ocurre, no me siento igual, me siento muy solo -sollozó limpiando sus lágrimas-. Perdón, debo irme.

Corrió hasta la escalera y subió rápidamente perdiéndose entre la vista de ella. Abby quedó estática y confusa, no estaba comprendiendo lo sucedido.
Mientras se vestía con su uniforme, pensó en Erick llegando a la conclusión de que quizás él es así por el mal de amor, por lo de su padre y hermano, justificó que habrá tenido algún trauma que lo hiciera ver la vida de esa manera, pero no sentía confianza con él y tampoco deseaba ser su amiga.

Terminó de de vestirse y salió de allí, supuso que era hora de prepararle el almuerzo al Joven Erick, pues él está acostumbrado a comer en la tarde, pues así es la costumbre de dicho país, las mayorías no tienen tiempo de cocinar y lo que hacen es irse a un restaurante de comida rápida, luego a su trabajo, para finalizar llegar a casa, dormir y volver a la rutina de muerte que siempre llevan. Las mayorías de mujeres tienen sus hijos después de los treinta, pues al ser independiente no tienen el tiempo para criar niños, y consideran que es mejor tenerlos en una edad más avanzada, cuando se sientan más preparadas para recibirlos.

Primero le preparó un café, la cual ella sabe que el suele tomarlo a esa hora; tomó unos panecillos de mantequilla y un tarro con cubitos de azúcar. Preparó todo y subió por la escalera que la llevó directo al pasillo. Ella caminó mirando su puerta, sintiendo los nervios apoderándose de su cuerpo y se detuvo ante esa puerta enorme color caoba. Tocó dos veces y esperó con paciencia.

-¡Señor, le he traído algo de comer! -vociferó Abby en espera de su respuesta.

-¡No quiero! -gritó como todo un niño detrás de la puerta.

-¡Es un café negro como a usted le gusta, con panecillos de mantequilla! -exclamó Abby. Al instante la puerta fue abierta y Erick asomó su cabeza.

-¡Gracias! -le dijo observando la bandeja y quitándosela de la mano. Ella pudo darse cuenta de que él le agradeció y eso lo notó extraño, no podía cambiar de un minuto a otro.

-A su orden, ¿que querrás de almorzar? -preguntó curiosa, él tomó un pan y lo llevó a su boca.

-Hmm no tengo idea, lo que sea.

Ella asintió y se marchó de allí, mientras que él sonrió porque su plan había funcionado.

Abby llamaba Carmen desde la puerta trasera, necesitaba hablar con ella urgente.
Carmen contestó y Abby le pidió que le llevara cena a su padre, la cual Carmen aceptó encantada. Abby aprovechó y se desahogó con ella contando todo lo que ha pasado con su jefe.


-Me sorprende de que un minuto luego el cambie su manera de ser conmigo -le repitió Abby sin aún entender "a los hombre".

-Entonces, si él ahora de comporta muy tierno, cariñoso, callado, ya no es una pinta de lo que era antes, eso quiere decir que ya que por las malas no caíste con él, por las buenas serás suya. El hombre cuando quiere sexo se arrastra como un perro mija.

Abby escuchaba la voz de la experiencia, entendió perfectamente que Erick no podía cambiar así de fácil con ella, por eso ideó seguir la corriente de su juego, o ella misma jugar con su propia experimento. Solo debía descubrir el plan de Erick.

...

Las vegas

Ella besó lentamente esos labios mojados y dió su últimos movimientos como un vaivén en el ritmo del placer que terminó azotando a su amante y dejándolo al borde del abismo placentero. Se alejó de él y relamiéndose sus labios y caminando hasta el baño. Se apoyó del lavabo y se miró al espejo reflejando en lo que se estaba convirtiendo: una zorra.

Ella había tomado la decisión de alejarse de las personas que en verdad la amaban, tomó la decisión de seguir la ambición; obtuvo lujos y vivió como una reina, cientos de hombres le ofrecieron dinero, pero ninguno estabilidad. Ahora finalizaba esa jornada sexual con el hombre que sólo podía tenerla de amante, Danis Black, un ejecutivo de cuarenta y cinco años, quién actualmente está casado y tiene dos hijos con una ingenua mujer. Sin embargo a Katia no le importó meterse en esa familia, solo quería dinero.

-Si tan solo me hubiera quedado con Erick, nada de esto me pasara. Necesito buscarlo aunque no quiero regresar, allá he dejado parte de mi pasado.

Se lamentó dejando escapar un largo suspiro, cerró sus ojos y contó hasta tres , luego los abrió.

-No importará nada, debo reconquistarlo para lograr mi objetivo.

Se rió con maldad en su mirada, estaba dispuesta a todo.







Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora