Flor con espinas cap 17

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Pensar en que el mundo es pequeño, en que a veces te pone delante de ti a personas que quizás no deseabas ver, personas que alguna vez amaste y odiaste, y ahora no sabe que sentimientos tomarles. Erick estaba del mismo modo, sin sorprenderse, sin extrañarla y sin sentir ninguna emoción que lo hiciera correr a sus brazos.

Ella en cambio supo que había echado su vida a perder por ser una bella flor pero con espinas. Esa flor que con su belleza cautivaba a quién quisiera, pero que al tocarla te lastiman, te hacía sentir dolor aquellas punzadas, pero solo en tu corazón. Ella no amaba, ella no sabía ni amarse así misma. El valor de ella era el dinero. Ahora se preguntaba delante de él: «¿En verdad me eché tantos viejos que ni siquiera tienen la fortuna que Erick posee ahora?.» se sentía una ilusa por haberse descuidado tanto de Erick, pero también se alegraba de regresado ahora que él estaba mejor que antes. Más sexy, más adinerado.

-A mi no me sorprendes, ya me habías dicho tanto que vendrías, pero de una vez te digo, no tengo dinero -le dijo él serio, a lo que ella se ríe.

-No seas estúpido, yo no vine por tu dinero, te extraño Erick. -se acercó a él intentando darle un beso, pero Erick se alejó recordando que ella lo había engañado y que solo lo había usado.

-Katy, es mejor que no insistas, no volveré contigo, tú misma te echaste la soga al cuello cuando te fuiste con ese niño, ahora vienes, ¿a qué?

-Por ti, te quiero a ti Erick. Yo estaba mal en ese tiempo, tenía la mente de una adolescente, no sabía ni lo que quería.

-¿Ahora si lo sabes? Yo también era un niño entonces, ambos tenemos la misma edad, se supone que el que actúa como un niño soy yo, en cambio tú no actuaste como tal, si no como una zorra -la ofendió alejándose de ella y acercándose a su escritorio. Ella achicó sus ojos y sonrió.

-Una zorra que amabas, Erick.

-Lo dijiste bien, "amabas", ahora sólo siento lástima.

Ella lo conocía tanto que no se ofendía en nada, no le importaba lo que él pensara de ella, sólo tenía un objetivo. Tendría que enamorarlo y hacer que se case con ella, así ya su futuro estaría asegurado. Estaba ya decidida a hacer su vida con él, tenerle dos "moscosos" Como ella duele llamarle, y quedarse trabajando en la empresa para ya estar plenamente feliz.

-Lo entiendo cariño, pero ya es pasado, ahora solo vine a decirte que me mudé aquí, y quiero tu amistad. Dejame ganarme tu perdón.

Él la miró un poco aburrido. Cuánto había cambiado físicamente para él, pero seguía siendo la misma mujer. Esa personalidad llena de descaro él la conocía.

-No manches güera, no me interesa tu amistad. Ni mi madre desea verte en pintura, nadie te quiere en mi familia, ¿Así piensas que seremos amigos?

Ella se acercó más él, con esa mirada de seducción. Su vaivén al caminar y su manera directa de ir al grano. Acarició la mejilla de Erick y esbozó una sonrisa.

-Aún eres mío. Puedo hacerte recordar las veces en que lo haciamos, te gustaba mi manera atrevida de hacerlo cada sitios públicos. Puedo hacerlo aquí mismo.

Erick se fue alejando, y ella acorralando en la mesa. Él quería correr pero algo en sus ojos, esa mirada, ese rostro, de alguna manera lo debilitaba, y no era ella en realidad, había algo en ella que le hacia familiar, muy familiar. Podía crear una ilusión, hasta una magia para tenerlo así, ella podía.

Antes de que ella pensara besarlo la campana lo había salvado, pues ahí mismo se había abierto la puerta dejando ver a Daniel algo molesto.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora