El secreto perverso de Erick (parte 2/2)

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Preparen el kokoró

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Preparen el kokoró

.....

Erick terminó su cena y se limpió la boca para luego tomar su jugo que en realidad sabía a melón con piña. Ella también llevó el pañuelo a su boca y lentamente se limpió. Miró a Erick a los ojos y le sonrió con ternura; eso deseaba causar.
Erick fruncía el ceño intentando leerle la mente, pero ella era tan predecible, no como su hermana que mantenía un misterio en sus ojos.

-Bueno, ya me voy, fue un horrible placer compartir contigo, espero que no se repita. Nos vemos palomita - se despedía Erick pero ella no lo dejaría tan fácil.

Cuando él se levantó ella también lo hizo.

-¿Para donde irás? -le preguntó.

-A ver si está lloviendo en una esquina -bromeó sarcástico.

-Que casualidad, yo también quiero ir -tomó la mano de Erick quien la miro molesto.

-Katy, ahora que lo pienso, me estás dando un deseo de ti, un tipo de ganas de volver a darte lastigazo como te gustaba -murmuró con suaves palabras, ella mordió su labio escuchando aquello- pero con un alambre de púa. -retiró la mano de ella quién se le había bajado todo su ego cuando él le dijo eso.

Erick siguió caminado y ella volvió a seguirlo.

-Y la perra seguía -murmuró nuevamente, esta vez se detuvo - ¿Qué diablos quieres de mi?

Katy intentó de buscar una manera de llamar su atención, de causar lástima.

-Erick, en realidad quiero confesarte algo, es algo que me está sucediendo y debes saberlo, necesito de tu ayuda y de tu comprensión -dijo ella tomando sus manos y Erick frunció el ceño.

-Habla...

-No, aquí no, vamos a un lugar más calmado, te prometo que valdrá la pena escucharme.


Erick esta vez accedió, no sabía porque lo hacía, pero quizás tenía curiosidad de saber que otra mentira ella le diría. Así que caminaron por una estrecho camino, hasta bajar al área comercial. La cantidad de personas que pasaban más el ruido no permitía que ella le dijera a él nada. Así que siguieron caminando, ella pensaba en que podría decirle y por eso se mantenía en silencio.

-Recuerdo que una vez me invitaste a México, la habíamos pasado muy bien -le recordó y Erick solo bufo.

-Sí, unos de esos momentos falsos en que me brindaste, nada me sorprende.

-Erick, ¿piensas vivir tu vida recordando todo lo malo que te han hecho? ¿No piensas recordar lo que vale la pena en tu vida? Si, te hice daño, lo admito. Pero te he pedido perdón, me arrepiento.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora