Abby ya tenía todo listo, tacos con carnitas de res y algo especial, laxante, -la cual nunca falla-. Ella había decidido que no habría más nada que arruinase esa fiesta que unos buenos dolores de barriga. Había pensado en echar algunos gusanos que encontró devorando las hojas en el jardín, pero prefirió no asesinar a esos insectos parte de la naturaleza que pueden ofrecer más beneficio viviendo, que ser devorados por aquellas horribles mujeres. Prefirió arruinar la fiesta y que todo se fueran de allí para ella poder irse cuanto antes de esa casa.
Mientras que Erick besaba a Sirina, la chica española que no hablaba, pero que si actuaba. Las otras dos nadaban y jugaban entre sí.
-Eres tan guapo, yo sería feliz de tener un esposo como tú -murmura con coqueteo aquella hermosa chica, pero Erick sabiendo el objetivo de aquellas palabras no evitó reírse.
-¿Cuanto te costó? -preguntó tomando de su trago sin dejar de reírse.
-¿El qué?. -La chica no lo entendía y por ello se mantuvo con un gesto inexpresivo.
-La labia, eso que dijiste de que serías feliz con alguien como yo, vamos... Si yo fuera pobre solamente me usarías para sexo, porque aunque fuera pobre no dejaría de ser sexy y por eso tendrías que quitarle el dinero a tu shugar daddy y dármelo a mi, ah pero como soy rico y bien guapote, te quieres casar conmigo. -Empezó a reírse con descaro, y agrego -: ¿Inteligente, no?
La chica le dió un leve golpe por su hombro sintiéndose burlada, pero sabía que él tenía la razón, por idiota que pareciese, ella solo buscaba dinero, ¿y por qué no? Una buena follada de ese Dios no estaría mal.
-¡Eres un tonto, Erick! -exclamó ella imitando su risa-. No puedo creer que pienses eso de mi, yo siempre te he querido.
Él escupió su bebida en la cara de ella por no poder soportar la risa, había escuchado mujeres patéticas, pero esta se había pasado.
-Que tonta eres, a mi no me interesa nada serio con ningunas, no me importa si me quieren o no, ustedes solamente están echa para una cosa: coger y cerrarse el pico. ¡A la verga, ya me cansé del amor!
Salió incómodo de la piscina y se dió cuenta que Abby llegaba con el platillo, la observó y ella se detuvo ante él.
-Señor, he traído su aperitivo, espero que sea de su agrado -dijo ella con amabilidad, a lo que él observaba lo rico que se veía el platillo.
Erick la miró fijamente y le dedicó una sonrisa de encanto la cual la hizo sentir extraña, pues ese arrogante muchacho nunca sonreía así, y menos para ella.
-Gracias -dijo con amabilidad dejando sorprendída a Abby-, espero que nunca salgas de una cocina -finalizó riendo y quitándole la bandeja de la mano.
Ella se dijo miles de maldiciones por dentro, quería matarlo, pero sabía que su venganza tendría frutos, y así se retiro lentamente con una sonrisa.
Erick y las chicas llevaron el primer bocado a la boca, saboreando la exquisitez de ese plato.
-Cocina muy bueno la puerquita -dijo la castaña llamada Ally.
-Si, algo bueno debe hacer -acotó la intrépida rubia con nombre de lo que ella misma es... Latzy, así justamente he nombrada esa hermosa chica.
-Puede que ella sea una puerca, perra, fea, lo que ustedes quieran, pero sabe cocinar mejor que ustedes -mencionó burlón aquél ingenuo chico que de tonto ya no tenía nada, pues cuando quería sabía defender lo que podría ser suyo.
-Es que nosotras no nacimos para estar en una cocina, querido, nosotras somos reinas, belleza exóticas, podemos tener cualquier hombre, te tenemos a ti -Murmuró Ally con un ego elevado, y Erick dejó caer la comida de la boca sin dejar de reírse.
-No me tienen a mi, yo las tengo a ustedes a mi disposición, ¿se olvidan quién es que tiene el dinero?... Ah Lastimosamente, todas ustedes trabajan de prostitutas y eso es golpe bajo. -Se rió totalmente en las caras de ellas, la cual todas se quedaron sin gesto algunos, teniendo que soportar sus humillaciones por el simple hecho de tener dinero.
-Si, tienes razón, pero al menos no has tenido queja de nosotras, aún sigues llamándonos -mencionó Latzy llevando otro bocado a la boca.
-Claro, nadie se queja de follar con tres a la vez. Beneficio de ser tan sexy. -Guiñó su ojo-. Bueno, ya coman en paz, que a las tres les toca comerse a la ErickVerga.
Como todas mujeres obediente, comieron en paz, hasta que poco luego el estómago de cada uno, empezó a fallar. El dolor empezó a expandirse, varios gases empezaron a azotar los débiles intestinos de cada quién, y no soportaron, salieron corriendo en busca de un baño.
Erick maldecía y corrió hasta el baño de visitas, en donde no le dió tiempo de ver la tranquilidad que amenaba Abby al tomar su té. Ella sonrió sintiendo liberar su rabia, ahora estaba más tranquila. Sabía que estaba mal hecho, pero valía la pena.
Erick no lo sabía, pero había llamado el diablo cuando pidió una sirvienta para su casa y que ella fuese aquella demoníaca con cara de ángel. Abby podía amar a quién la ame, pero odiar tres veces más a quién la odie. No era una chica de carácter débil, al contrario, podía poner en puesto a todo él que ella quisiese, incluso a ese «inútil» que lo único bueno que ha hecho, es no molestar durante cinco segundos.
Mientras que aquellas chicas no encontraron baño por haberse perdido, y tuvieron que hacer sus necesidades sobre el pasto, pero Abby no pensaba limpiar aquello, aunque Erick tenía otros planes para ella, desde que terminara de desahogarse en el baño.
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Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔
Romance(Libro paralelo, puede contener spoirler de Enseñame a seducir, no lo leas los dos a la vez. Si el primero no te interesa, puedes continuar con este) El idiota más grande de "Enseñame a seducir" llega a contar su historia. (Segundo libro) Erick O...