Karaoke 🎤 cap 29

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Capítulo súper dedicado a una lectora muy amiga mía que me recomendó hace más de una semana una canción, la cual me conmovió tanto que hoy Erick la cantará. Ya verán, ya verán.

Para ti lilirv906

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Inició del último mes de diciembre, época navideña en que la familia se reúnen. Aunque en la realidad no es todo como se pinta en la película navideñas. Solo se reúnen los días de Pascua, quizás algunos duren unos días en familia y luego regresan a su realidad, esa realidad de levantarse, trabajar, dormir y volver hacer lo mismo. Día a día mujeres soltera dejan a sus hijos en cuidado con alguna niñera, para lo poco que ganen tener que dividirlos en sus gastos. Otros piensan en diferentes, limpian baños y cuando llegan a su país de visita muestran lo que no son, quieren hacerse de la idea de que lo tienen todo, que no pasan trabajo, que todo es perfecto en el país de la maravilla, pero solo el que ha podido ir sabe el infierno tan grande que es levantarse día a día y no tener un solo descanso.

A Abby no se le dificultaba tanto como cuando trabajaba en el hotel, esta vez ella podía socializar un poco más, aunque no le estuviese dedicando el día completo a su padre. Ella siempre trataba de que cuando lo viera se sintiera muy bien con ella, que no se sintiera solo. Últimamente lo veía más animado y no se contuvo en la mañana del sábado para preguntarle:

-Papá, te veo muy feliz, ¿a que se debe?

Su padre terminó de ajustar su abrigo, se tenía que ir al curso en pocas horas. Sonrió de recordar la visita de milagro y recordó todo...

-Pasa señorita -le dijo.

Milagro miró el lugar, le dió cierta pena en que ellos vivieran ahí, era el peor lado de Manhattan. Habían mejores lugares y con mejores condiciones y ella no entendía porque Abby estaba ahí, si ella sabía que Abby ganaba lo suficientemente bien. Incluso más que en aquel hotel.

-Gracias, Gonzalo. Por cierto, puedes decirme Milagro, creo que podemos ser amigos -mencionó con amabilidad entrando a la casa. Él entre sus muletas caminó hasta una silla, y le pidió que se sentara, ella lo hizo.

-¿Quieres café o algo? -le preguntó él.

-No, gracias. Estoy bien así.

Gonzalo se sentó y ella sacó un papel de su maletín.

-Llenaré tus datos, recaudaremos fondo para ayudarte con tu prótesis, tratamiento para la diabetes, y creo que por mi parte me gustaría ayudarte a ubicarte en un buen lugar. El Gobierno estaría a mi favor si comento tu caso, además de que tu hija te ayuda, eso es bueno.

Gonzalo sonrió como si presenciara a un Ángel delante de él. Nunca se había sentido tan dichoso.

-Yo estaría agradecido -murmuró.

-¿Su hija no está aquí? Me hubiese gustado conocerla -preguntó sabiendo que Abby estaba en casa de su hijo, solo no quería levantar sospechas.

-Oh no, ella está trabajando en estos momentos. Regresa dentro de algunas horas.

-Entiendo, tomaré tus datos. Ya verás como te cambiará la vida. Supongo que tu otra hija no está aquí.

Ella le habló de Katy porque recordó la historia que le comentó Gonzalo de lo que hizo Katy.

-Oh, si, me han dicho que anda por ahí. Pero ya sabes, ella no me quiere -mencionó con un pesar en su pecho, sentía dolor cuando pensaba en su hija. Cuanto la extrañaba.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora