De vainilla a chocolate (parte 2/2)

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Esto estará ardiendo y no se me queden en silencio, perversas. Pero no hay escena sexuales hasta el siguiente capítulo.

Ese gif

....

Abby buscó su teléfono el cuál tenía diez llamadas pérdidas de Daniel y tres de su padre. Habían varios mensajes pero no lo leyó. Salió de ahí corriendo y caminó unas cuadras, entonces recordó que por ahí ni un texi pasaba y solo gruñó molesta. Fue cuando tuvo la idea de llamar a Daniel.

Esperaba paciente, ya lejos de la casa de Erick hasta que Daniel contestó.

-¡Alba, por Dios! ¿Donde estabas?

-Hola Daniel, yo me quedé en el trabajo pero ahora ya he salido, ¿puedes venir a buscarme? Estoy sola y no hay nadie por aquí.

Daniel enseguida tomó su dirección, algo no lo hacía sentir bien.

Abby ni sabía que decirle a él. No podía contarle su intimidad, ni que su jefe la acosa, pues eso enfureceria a Daniel, solo le diría que está algo confundida y hasta que no aclare sus sentimientos él debería tenerle paciencia, y si, que existe otro chico.

Daniel tampoco tendría porque reclamarle o exigirle cosas, porque ella muy bien le aclaró que no estaba lista para una relación. Ella no era como otras mujeres que sin importarle el tener una relación, se involucran con otros. Prefiera mil veces perder el trabajo a hacer algo así.

Si no fuese porque Daniel nunca ha visitado la casa de Erick, se encontraría extraño el lugar donde ella estaba. Pero como no tenía la remota idea, no sospechaba de ello.

Así que ella se quedó en una esquina, abrazándose así misma. El frío la estaba congelando. Pensó en un momento en lo sucedido, y llevó sus dedos a sus labios, pensando en esos besos tan suaves y posesivos. Cerró sus ojos y se imaginó nuevamente ahí, haciéndolo con él. Postrada en la bañera y siendo follada.

-¡Maldito estúpido, te odio pero follas demasiado bien! No puedo decir que me me arrepiento, realmente me había equivado cuando pensé que eras más agresivo, pero veo que eres un jodido puto romanticón. Valió la pena hacerlo, pero tengo que volver a la realidad, tú eres un egocéntrico jefe y yo una simple sirvienta... -borró una pequeña sonrisa y suspiró, luego se dió cuenta de que algo andaba mal y agregó-: ¿simple sirvienta? Ja, ja, ja si yo soy toda una mujer y te acabé de dejar ahí solo, como si ese polvo fue lo único bueno de ti. ¿Qué se siente Erick ser un perdedor?.

Se estaba riendo sola y hablando cosas referente a él, eso significaba que Erick empezaba a gustarle y no era una simple atracción. Y minutos luego un auto se estacionó y ella supo que era Daniel, así que corrió hasta él, quien había salido del auto. Llevaba un abrigo negro, un jeans oscuro, más unas botas. Ella lo abrazó enseguida. De alguna manera necesitaba ese consuelo.

-Me tenías preocupado, ven, estás muriendo de frío.

La ayudó entrar, y sí, ella temblaba bastante. Él preocupado puso la calefacción del auto que le diera directo a ella. Abby se abrazó así misma después de ponerse el cinturón. Mientras que este había encendido el motor manejando a una velocidad lenta. Quizás... Quería que ella le dijera lo que estaba pasando.

-Perdón Daniel, yo me quedé un poco tarde y...

-No tienes porque preocuparte, yo entiendo que estés trabajando en una casa de familia y me imagino que es difícil lidiar con tus jefes y los hijos. Te entiendo -le dijo intentando calmarla, pero ella no tenía ningunos jefes, solo uno, y era bastante patético.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora