Propósito de año nuevo.

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Cuando Dylan comió la décima segunda uva a tiempo, se prometió a sí mismo que ya bastaba de perder el tiempo y que la primera vez que viera a Thomas iba a decirle todo lo que sentía por él. Con la euforia de la entrada del nuevo año, el moreno se vio capaz de invertir cielo y tierra, pero la realidad es que ahora que lo tiene delante su cuerpo simplemente no responde.

Había salido con Tyler a dar una vuelta por la ciudad porque el tiempo, por una vez, estaba ligeramente soleado y la gélida brisa decidió remitir un poco. Y es una ciudad enorme, así que en ningún momento creyó de verdad que se lo encontraría. Thomas no está solo, por supuesto, nunca lo está. Normalmente, siempre le acompañan Ki y Dexter.

Se conocieron hace tres años, cuando la etapa universitaria de ambos dio comienzo gracias a que tienen un amigo en común: Will. Se podría decir que Thomas encontró a alguien que, en los primeros quince minutos de conversación, se propuso hacerle reír porque el corazón de Dylan nunca había latido tan rápido como entonces. 

Al día siguiente, Dylan cambió su despertador para levantarse antes y así poder pasar una hora con Thomas, que llegaba siempre temprano en busca de aparcamiento, estableciendo una perezosa rutina. A veces, hablaban de todo, a veces, de nada; a veces, hacían juntos la tarea que les faltaba y se ayudaban mutuamente; a veces, Thomas se recargaba contra Dylan y se quedaba levemente dormido; a veces, Dylan besaba la cabeza de Thomas o entrelazaba sus dedos sin que el rubio lo notara. 

Tardaron un poco, porque si sus amigos los definen de alguna forma sería como despistados cuando se trata del otro, pero en cuanto intercambiaron números de teléfono también se dedicaron a hablar por whatsapp durante las clases, recibiendo a veces bronca de alguno de los profesores, lo que llevó a ambos a sentarse bastante lejos de la pizarra y siempre cerca de la ventana, desde donde podían verse en caso de que tuvieran que salir por algún motivo. 

Lo demás vino solo: las salidas en grupo al principio y después solos que se volvieron demasiado frecuentes; el que Thomas lleve a Dylan a casa llegando a esperar una hora más porque el moreno sale más tarde; compartir juntos más almuerzos que con sus familias; que el antipático gato de Thomas ame a Dylan y que el perro de Dylan trate de tirarse la pierna de Thomas siempre que lo ve; los regalos en navidad y en los cumpleaños; ver algo cuando están por ahí y comprarlo porque piensan que al otro podría gustarle; intercambiar chocolate de forma disimulada los 14 de febrero porque curiosamente Thomas sólo lleva sándwiches de nutella ese día y Dylan siempre tiene un batido de chocolate de más; mandarse fotos continuamente; dormir juntos cuando quedan para estudiar aunque tienen carreras diferentes y muy pocas asignaturas que se parezcan...

- ¿Dyl?

La profunda voz de Thomas interrumpe los recuerdos de Dylan que son sólo un empuje más para lo que está a punto de hacer porque si ambos han aprendido algo el uno del otro es que son mucho mejores con los actos que con las palabras. Así que cuando Thomas se acerca a saludar, la mano de Dylan viaja hasta la nuca contraria. El otro no se sorprende porque no es la primera vez que Dylan realiza ese gesto, acariciando el pelo de su nuca. 

Lo que sí le arranca un gemido es sentir los labios de Dylan posados sobre los suyos con brusquedad. Cuando sus dientes chocan porque los nervios pueden con su coordinación, Thomas sonríe dentro del beso y toma el control. Las manos frías del rubio suben hasta las mejillas llenas de lunares y pega todo lo que puede su cuerpo al de la persona más importante de su vida, arrancándole a Dylan un suspiro por la cercanía y un gemido en el momento que Thomas exige acceso a su boca. Cuando sus lenguas se encuentran, les parece escuchar a sus respectivos acompañantes que tienen que irse a un hotel un segundo antes de que la mente de Dylan termine de desconectar. Justo cuando Thomas muerde su labio inferior y se aleja con lentitud.

- Feliz año nuevo Dyl.

Traga saliva, pero pega su frente a la del otro, y sonríe.

- Feliz año nuevo, Tommy.

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