Psicólogo II

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Newt mira impaciente el reloj, ha pedido volver a ver a Thomas dentro de dos semanas y el día por fin ha llegado, a pesar de las palabras del chico no trató de ponerse en contacto con él, teme que de alguna forma algo haya ido irremediablemente mal.

Así que está más impaciente de lo normal mientras escucha a una madre quejarse de su hijo. Él no entiende por qué las personas tienen descendencia si después van a armar un real alboroto por no ser capaz de controlarlos. Sus ojos caen sobre el niño que mira sus manos, apenado. Sólo es un chico incomprendido con hiperactividad que carece de padres con la suficiente paciencia. Contiene un suspiro cuando por fin puede dar el diagnóstico final y despedirlos. Mira el reloj, se ha retrasado de nuevo.

Asoma la cabeza por el umbral, ya bastante seguro de a quién tiene que buscar. Está sentado en la hilera de filas frente a la puerta con la cabeza gacha y mordisqueando un dedo, pensativo. Se detiene un segundo a analizarlo: la primera vez, todo el lenguaje corporal de Thomas expulsaba nerviosismo; hoy, sin embargo...

- Thomas - lo llama porque no puede seguir viéndolo tan triste, tan decaído, tan derrotado.

El joven pega un brinco en el sitio y levanta la vista. Aunque Newt se regaña internamente, no puede evitar sentirse complacido ante el brillo que aparece en los ojos pardos cuando lo ve.

Thomas asiente, coge sus cosas esta vez sin tropezarse con nada y pasa a su lado. De nuevo lleva la sudadera de Gryffindor, apunta en su cabeza preguntarle por qué.

Newt inspira y por sus fosas nasales se cuela un ligero aroma a café mezclado con champú y tal vez un poco del sudor del día. La excitación se asienta en su estómago y él se marea levemente. En qué cosas está pensando, por Dios.

- ¿Cómo estás? - es lo primero que le pregunta porque nota que lo necesita.

Ni siquiera ha llegado hasta el escritorio ni Thomas se ha sentado del todo, sólo se ha asegurado de cerrar la puerta. La pregunta parece activar un mecanismo en el chico que deja de caminar y cuando Newt está lo suficientemente cerca se aproxima y deja caer la cabeza contra el hombro contrario. Newt contiene el aliento, las ganas de estrujarlo entre sus brazos y subirlo al escritorio. Allí donde sus cuerpos están en contacto, a través de la tela, arde. En su lugar, acaricia con sus largos dedos los cabellos castaños peinados en varias direcciones hasta que Thomas considera que es suficiente y se separa con las mejillas encendidas.

- Lo siento - murmura.

- No es nada - asegura, tragando saliva y obligándose a poner el escritorio entre los dos por seguridad del moreno.- Entonces...

- Estoy - responde a la pregunta.- Ni bien ni mal, sólo estoy - se acaricia la nuca, Newt ha notado que es un gesto recurrente cuando está nervioso.- Es mi estado natural, mi madre siempre insiste en porqué estoy serio, pero... puede no ser por algo en especial, sólo estoy normal. Tranquilo. No puedo estar riéndome todo el día. Ojalá, pero no es mi caso.

Thomas sonriendo casi cada hora del día debe ser algo digno de ver.

- Pareces peor que la última vez - confiesa, su paciente se cierra. Increíble, Newt puede realmente ver cómo alza todas las defensas que puede.

- Mi abuela y mi madre se reconciliaron - dice, después de unos minutos en silencio.

Newt parpadea, ¿no debería eso ser bueno? Thomas parece leer la pregunta en su cara.

- Sí, es genial, no digo que no, pero no se han reconciliado porque yo lleve meses diciendo que dejen el orgullo de lado. No - una risa histérica escapa de su garganta.- Sino porque después de haber jodido mis Navidades. Quiero decir, tuve que ir a almorzar con una y cenar con la otra cuando siempre hemos hecho algo juntos, ¿vale? Estresante. El caso, mi hermana fue con los abuelos y por lo visto le empezaron a gritar y eso fue lo que hizo que mi madre levantara el culo de la cama. ¿Te haces una idea de las veces que me han gritado a mí? ¿De las veces que he llorado? Hasta que me resigné, claro y pasé de seguir intentándolo. Pero hubo un tiempo que lo hice y nadie lo valoró ni lo tuvo en cuenta - pone las manos sobre el escritorio, Newt se fija en que las tiene enrojecidas y dañadas por el frío.- Así que ellas ya están bien y todos felices y contentos, pero es ridículo.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora