Primera vez.

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La primera vez que hicieron el amor fue una tarde de diciembre. Afuera llovía o nevaba, ninguno de los dos estaba muy seguro. En la TV se reproducía una película mala y sobre la mesa se enfriaban dos tazas de chocolate caliente con aroma a naranja. 

Todo empieza con Dylan enterrando la nariz en el cuello de Thomas que ríe por las cosquillas que le provoca la respiración del moreno sobre su piel para al segundo gemir bajito al sentir sus dientes acariciarlo antes de morderlo. 

Dylan sonríe, le encanta hacer reaccionar el cuerpo de Thomas con sus caricias. Se ha pasado meses provocando a su rubio para tenerlo justo como ahora: respirando con agitación, sonrojado, los ojos brillantes por la excitación y gimiendo bajito.

- Dyl... - lo llama, suplicante.

La sonrisa del aludido se amplía, Thomas tiene un segundo para acordarse del gato de Alicia en el País de las Maravillas antes de que Dylan introduzca dos dedos en su boca. Thomas gime por la intrusión, pero cuando se recupera comienza a chupar con fervor. Alza la mirada hasta chocar con la de Dylan, que comienza a oscurecerse por el deseo. Con un gruñido, le quita a Thomas la camisa. Thomas se retuerce, gimiendo ansioso, bajo las grandes y venosas manos de Dylan que lo recorren entero con fuerza, clavando sus dedos en la pelvis. Pegándolo contra él, sintiendo su erección incluso sobre los pantalones de ambos.

- Ssshhh... calla, cariño.

Thomas trata de articular una réplica cuando la hábil lengua de Dylan invadiendo su cavidad bucal lo silencia. Con dedos torpes desabrocha los botones de la camiseta de Dylan, que ríe contra su boca, notando el nerviosismo en su pareja. Cuando la camisa cae por fin, deslizándose por los anchos hombros, Thomas se aparta del pecado de sus labios para observarlo. Afuera ya ha caído la noche y la única luz que reciben es la cálida y amarilla de las pequeñas lámparas que tienen distribuidas por el salón, la TV apagada por inactividad desde hace un rato. Las sombras se proyectan de forma suave en la piel morena y él mueve sus dedos para acariciar las líneas de los músculos bajo la atenta mirada de los ojos pardos que no pierden de vista ninguno de sus movimientos.

- Eres perfecto, Dyl - susurra, acariciando los abdominales y subiendo por el pecho hasta llegar a los hombros y abrazarlo por detrás del cuello.

Dylan se sonroja, porque está excitado, pero no es de piedra y la ternura de Thomas siempre consigue desarmarlo. Aprovechando el agarre que tiene, Dylan tira del pálido cuerpo para levantarlo y poder quitarle los vaqueros y la ropa interior.

- ¿Por qué siempre que llegamos a este punto termino yo desnudo primero? - comenta en un susurro, pegándose todo lo posible al cuerpo de Dylan.

- No lo sé, yo... estoy loco por ti y... ah, joder...

Thomas sonríe por la repentina inseguridad de Dylan antes de volver a besarlo con fuerza, ladeando la cabeza para que sus bocas encajen a la perfección y poder profundizar sin que sus narices choquen. El menor se desarma, gime cuando nota los dedos de Thomas desabrochando su propio pantalón. Con un gruñido de impaciencia vuelve a colocar los brazos del rubio alrededor de su cuello antes de quitarse con brusquedad lo que le queda de ropa, coge a Thomas por sus glúteos y hace que sus dos erecciones choquen. Thomas gime contra su boca, él tiene que separarse un segundo para tomar aire y concentrarse, no quiere correrse todavía, pero la electricidad que ha recorrido su bajo vientre no parece estar de acuerdo.

- Dyl... ¡DYLAN! - grita sin contenerse cuando Dylan baja en un rápido movimiento y se traga su miembro. Arquea la espalda y el moreno aprovecha para meter las manos por debajo de su cuerpo y colocarlas en sus nalgas, masajeándolas mientras sube y baja por su pene, notando el amargo sabor del líquido preseminal. Cuando la acumulación de la excitación en la base es insoportable, Dylan se detiene y Thomas deja escapar un suspiro de indignación.

- No tan rápido, pequeño mío.

- Joder... - Dylan acaricia los labios de Thomas con los mismos dedos de antes y el mayor entiende lo que el otro le está pidiendo: vuelve a lamer y sus manos bajan hasta la pelvis de Dylan que se estremece cuando Thomas rodea con sus largos dedos el pene de Dylan y comienza a masturbarlo lenta y tortuosamente.

- ¿Es esto una venganza?

- Una pequeña, muy, muy pequeña - responde, cuando Dylan saca los dedos de su boca y empieza a tantear la entrada de su culo que ya está muy mojada. 

Thomas arquea la espalda cuando recibe los dedos en su interior, se muerde el labio algo incómodo por la sensación hasta que Dylan toca el punto exacto que lo hace gemir tan fuerte que se tapa la boca asustado. Dylan sonríe y lo besa de nuevo mientras con sus dedos agranda la entrada.

- Dios... no aguanto más, de verdad - admite con pequeños gemidos.

Dylan sonríe y abre las piernas de Thomas para situarse en medio. Acaricia todo el cuerpo que abarca con sus manos: desde la cara, pasando por el cuello, mordiendo fugazmente la pelvis, besando la cabeza erecta de su pene y deslizando los dedos por los muslos que se alzan a su alrededor.

- ¿Preparado?

- Te quiero dentro, YA - ordena.

Dylan siente un escalofrío recorrerle de arriba abajo  y se coloca en la entrada de su mejor amigo, de su amante, de su pareja... para empujar e ir entrando lentamente en él.  Un quejido de dolor por parte del mayor lo detiene, Dylan se deja caer sobre el cuerpo de Thomas y acuna el rostro entre sus manos.

- ¿Estás bien?

- La lentitud es... tortuosa - comenta con dificultad.

- ¿Quieres que... ? - abre los ojos sorprendido.

- Sí.

Dylan siente a Thomas colocar las piernas alrededor de su cintura, abrazándolo. Aguanta un gruñido en su garganta antes de volver a devorar la boca de Thomas e introducirse de golpe en su interior. El rubio grita un poquito en medio del beso que es todo lengua y saliva, Dylan se detiene en ese punto esperando que el cuerpo de Thomas se acostumbre a él. Lo acaricia con ternura y reparte besos por su cara que hacen al otro sonreír. Cuando baja a su cuello y lo siente temblar entre sus brazos prueba a moverse un poco, Thomas gime bajito con una mezcla entre dolor y placer. Dylan nota las manos ajenas deslizarse por su cuerpo hasta llegar a sus firmes nalgas, suspira satisfecho y cuando siente al rubio apretarle con fuerza comienza a moverse. 

Primero lentamente y luego con mucha más rapidez. Los gemidos altos y desacompasados de Thomas lo animan y ya no le importa que le quede poco para correrse. El pene de Thomas se mueve rítmico entre ellos, recibiendo fricción entre los dos abdómenes, provocando que el cuerpo del rubio se abra cada vez más al placer que está recibiendo.

- Dyl, Dyl... y-yo no... no puedo... ¡AH!

Lo siente venirse entre sus cuerpos, temblar y contraerse apretándose a su alrededor. Gime fuerte contra el cuello de Thomas y lo muerde, lo muerde y chupa mientras nota su propia excitación acabar y bombear en su interior. Se marea y cae sobre el rubio que también está respirando muy agitado. Cuando se recupera y se incorpora, ve con cierto orgullo y una pizca de culpa la marca que se comienza a formar en la nívea piel.

- Creo que eso durará unos días... - comenta, ronco.

Thomas ríe y al segundo suelta un quejido.

- Mañana no podré caminar - comenta, acariciando el cabello sudoroso de Dylan.

- ¿Eso quiere decir que no hay segundo asalto?

- Eres un pervertido.

Ambos ríen y limpian como pueden el desastre entre sus cuerpos porque las ganas de levantarse para darse una ducha son totalmente nulas. Así que cuando lo consiguen Dylan tira de la manta para tapar la desnudez de Thomas que descansa contra su propio pecho.

- Dyl.

- ¿Hm? - ya comienza a adormilarse.

- Te quiero.

Abre un ojo para observar a Thomas acomodándose en su pecho y suspirando satisfecho después de encontrar la posición ideal.

- Te quiero, Tommy.

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Siempre es complicado para mí escribir smut 🙈 pero espero que os guste mucho 😙

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora