Escena XIV

694 81 16
                                    

Thomas abre la puerta con brusquedad y molestia. Menuda mierda de día ha tenido en la universidad. ¿Por qué no se mueren los profesores incompetentes que no son capaces de reconocer que se han equivocado? Asqueroso Jason, ya debería jubilarse. ¿Y pueden ir con él sus compañeros de repente interesados en que les dé clase cuando se han pasado todo el trimestre ignorándolo? Maldita sea. Y Minho se ríe el muy traidor. Para rematar, no ha visto a Newt en todo el jodido día y...

Se queda quieto un momento: la casa huele a té de menta recién hecho y, ahora que se da cuenta, la llave no estaba pasada. Deja la mochila con suavidad en la entrada aunque quizás ya sea demasiado tarde para ir con cuidado. Se quita los zapatos antes de entrar al parqué y deslizarse silencioso por el pasillo. Dobla la esquina que lo lleva al salón, unas piernas cuelgan por el brazo del sillón individual. Se acerca preparado para asustarlo, pero se detiene en el último segundo porque Newt está dormido.

- Newt... - lo llama, le acaricia suavemente el pelo y va en busca de una manta para taparlo. Una vez que lo hace se arrodilla a su lado.

Thomas adora verlo dormir por mil y un razones, entre ellas y probablemente la más importante, lo tranquilo y ajeno que parece a todos los problemas que tiene encima, como si nada ni nadie pudiera hacerle daño en el mundo onírico porque confía que en el real Thomas lo protege. Y cuánta razón tiene. Aparta con suavidad los flecos rubios de los ojos, peinándolos hacia atrás para que no le hagan cosquillas.

- ¿Tommy? ¿Eres tú? - Newt no abre los ojos, solo susurra lentamente más dormido que despierto.

- Estoy en casa, amor - le da un beso en la nariz.- Vuelve a dormir.

- Ven conmigo - le pide, encogiéndose aún más sobre sí mismo y soltando un bostezo.

Thomas sonríe.

- No hay suficiente espacio para los dos, Newt - replica con suavidad.

Pero su novio se dedica a abrir un poco y con esfuerzo el ojo izquierdo para observarlo de forma burlona.

- Algo podremos hacer. Anda, ven.

Los largos dedos agarran la camisa de Thomas y lo impulsan hasta el sillón, entre suaves risas el menor se deja hacer y terminan con Thomas acostado y Newt casi entero sobre él a punto de volver a dormirse. Los fuertes brazos del moreno lo acunan con amor y calidez, definitivamente el mejor lugar del mundo.

- ¿No estaríamos más cómodos en la cama?

Pero Newt ya no responde, la suave respiración le indica que se ha quedado dormido de nuevo. Thomas suspira y apoya la barbilla sobre la cabeza contraria, quizás pueda dormir algo él también.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora