Sobre cómo romper y unir.

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Es 30 de diciembre del año 2014, quedan sólo unas horas para el comienzo de año nuevo que espera esté lleno de lo último que ha tenido ese mes porque las cosas cambiaron desde que Thomas empezó la universidad.

Septiembre.

¿Habrían cambiado las cosas de saber cómo iba a afectar a su vida sentarse al lado del atractivo chico lleno de lunares que saludó en la entrada de la clase?

No. Probablemente no.

Porque ese chico se convirtió en su pilar principal cuando la relación con Bella empezó a tambalearse peligrosamente.

Su novia estaba en la misma facultad, pero en carreras diferentes, así que solo se veían por la mañana y cuando salían de clase, tal vez coincidieran alguna vez por los pasillos. Luego, cogían el autobús juntos hacia casa. Thomas pensó de verdad que podrían sobrevivir a base de esa rutina. Además, vivían en la misma ciudad, podían pasar juntos tiempo fuera de la universidad como habían hecho hasta entonces. Sí, por unas semanas funcionó.

Pero Bella comenzó a repartir su tiempo entre quedar con amigos nuevos, estudiar, ir al gimnasio y tratar de aprobar el examen de conducir. Thomas sólo intentaba ignorar el obvio coqueteo de su compañero de mesa, algo muy difícil porque Dylan O'Brien le había movido todos los esquemas.

Y todo cambió porque Bella estaba siempre pendiente de los demás y él comenzó a dejarse encandilar por alguien que le prestaba la atención que había perdido.

Dylan le tocaba. No de forma sexual, al menos no al principio, pero sí dejaba un roce aquí y otro allá que provocaba emoción real en Thomas. A veces, le acariciaba la rodilla por debajo de la mesa. A veces, iban a la cafetería y pasaba el brazo por sus hombros. A veces, cuando el aburrimiento era real, le sostenía la mano y se ponía a jugar con sus dedos.

Así que Thomas comenzó a pasar más tiempo con Dylan, y alguno de sus amigos, pero sobre todo con Dylan. Iban a la biblioteca, a la casa del moreno o sólo caminaban por ahí mientras hablaban.

Para final de mes, Thomas estaba lo suficientemente confundido.

Octubre.

El mes que cumplía tres años de relación con Bella fue catastrófico.

Empezando porque la tarde anterior al gran día Dylan lo había llevado a su casa para terminar uno de los trabajos de clase. De alguna forma u otra, terminaron tocando la guitarra. Más bien, él enseñando a Dylan a tocar la guitarra. Estaban uno en frente del otro, Thomas moviendo sus dedos sobre los de Dylan y los ojos pardos sobre su cara con una sonrisa coqueta, cuando se dio cuenta. Dylan O'Brien le gustaba. Le gustaba mucho. La revelación lo golpeó con fuerza, sintiéndose mal al instante. Así que se despidió con torpeza y llamó a Will para que lo viniera a buscar. Su mejor amigo no preguntó, simplemente vino.

Ese domingo que hizo tres años con Isabella se lo contó. Porque él no puede vivir escondiendo y engañando a los demás. Así que fue sincero con ella. No era una buena idea, pero era lo correcto, lo que tenía que hacer. E Isabella no se lo tomó nada bien. Thomas lloró, Isabella gritó. Pero no rompieron, por algún motivo, Isabella quiso seguir con él. El gran día se había arruinado, pero las cosas continuaron su cauce.

Algunas semanas después, Thomas y Will quedaron para dar una vuelta. Eran amigos desde hacía años y por culpa de la universidad lo tenía desatendido, así que ese sábado fueron a caminar a un centro comercial donde abrieron una nueva pastelería. Thomas compró dos cajas de Donuts, una para él y otra para Isabella. Al parecer, había ido a estudiar con sus compañeros de clase ese sábado. Cuando volvían a casa en el coche la llamó, ya era bastante tarde, así que supuso que a la chica me gustaría que la alcanzaran a casa. Bella tardó en contestar y, cuando lo hizo, le dijo que no estaban estudiando en la biblioteca sino en la casa de uno de ellos. La casa que al parecer estaba en total y absoluto silencio. Por primera vez en su vida, Thomas desconfió.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora