Momentos [Dylmas]

El profesor.

Newt masculla una pequeña maldición cuando llega al colegio y no ve a su pequeña hija esperando en el mismo sitio de siempre. Trata de silenciar la ansiedad que amenaza con subirle por la garganta y decide entrar en el edificio antes de que el pánico le domine.

El lugar no ha cambiado mucho, en realidad, hay más color aquí y allá signo de que el sistema educativo se ha modernizado un poco. Pero, en esencia, es el mismo sitio de su infancia. Ese peculiar colegio llamado CRUEL. Así que no es de extrañar que Newt sepa exactamente a dónde dirigir sus pasos para buscar la clase de Sonya, que está en el último curso.

Cuando llega a la puerta escucha una risa, la risa de su pequeña. Un suspiro de alivio cruza sus labios antes de abrir la puerta sin tocar.

- Dios, Sonya, ¿por qué estás aquí? - masculla, yendo hasta la niña que lo mira con una sonrisa resplandeciente.

- ¡Papi! - corre los pocos metros que los separan y lanza los brazos a la cintura del hombre para abrazarlo con fuerza.

- Me has dado un susto de muerte, pequeña ingrata - suspira.

- Aquí no me va a pasar nada - pone los ojos en blanco, cogiendo su mano y tirando de él hacia el otro adulto de la habitación que los ha observado todo el rato en silencio.- ¿Conoces al Sr. Thomas?

Sí, algo, porque es el tutor y ha tenido que verlo en las numerosas reuniones que han tenido en lo que llevan de curso.

Intenta callar los latidos de su corazón cuando la parda mirada se posa sobre él porque no tiene sentido que se haya sentido atraído a él desde que estrecharon manos el primer día.

- Pues es gay, ¡y soltero! Es PERFECTO.

Newt está seguro que la tensión se puede cortar con unas tijeras. El profesor de Sonya hace un gesto curioso de resignación con los ojos y mete las manos en los bolsillos de sus pantalones antes de romper el incómodo silencio.

- Hey - alza la mano con una sonrisa tímida y Newt siente un tirón en su bajo vientre.- Tu hija habla mucho sobre ti...

Miedo le da preguntar qué le ha estado contando. Bueno, miedo no lo define, vergüenza ajena sí, tal vez. Un cóctel de los dos.

Pero se dice a sí mismo que vale bastante la pena cuando se da cuenta que los lunares de la pálida piel se pierden en el sonrojo que se extiende por el rostro ajeno.

- Por favor, no le hagas caso - ve a Sonya coger sus cosas y salir corriendo por la puerta con toda la intención de dejarlos a solas, le parece escuchar un lejano suerte.- Está empeñada en encontrar alguien para mí - suelta, sin saber exactamente qué lo mueve a ello.

Thomas descruza un poco los brazos, relajando su postura y la sonrisa que surca su gesto es tan bonita que Newt fácilmente podría hacerse adicto.

- ¿Lo necesitas? - se atreve a preguntar.

A Newt le sorprende comprobar que la tensión entre ellos se convierte en algo diferente.

- No, pero lo quiero - admite.

Y la sonrisa de Thomas se hace muchísimo más amplia.

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¿Os dais cuenta que en la mayoría de los Newtmas el más activo es Newt? No sé qué me está pasando 😂