GIRL

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El continuo ruido que sale del edificio provoca que ruede los ojos, no quiere estar allí, pero aunque trató de resistirse con todas sus fuerzas (y más) sus amigas no son personas que desistan fácilmente cuando algo se les mete en la cabeza.

- ¿Por qué una discoteca? – pregunta por millonésima vez desde que lo arrastraron fuera de casa.

- Desde que Ben se fue de viaje no has salido de casa – responde Ava, su hermana, quien por supuesto está involucrada en toda aquella locura. Le sorprendería descubrir que no ha sido idea suya, en realidad.

- Además, con suerte encuentras a alguien que te haga olvidar a ese pedazo de mierda – la pelirroja riza un mechón de su pelo con un dedo mientras se mira en un pequeño espejo y le lanza un beso.

- ¡Holland!

- ¿Qué? Es la verdad, no entiendo por qué sigues con él - cierra el espejo y lo guarda en el bolso, poniendo los ojos en blanco.

- ¿Porque le quiero?

- Eso es lo que no entiendo – se cruza de brazos y Thomas pagaría por estar lejos de esa mirada.

- No seas así, Thom, sabes que tienen razón – Crystal, la buena de Crystal que esperaba estuviera de su parte, pero no, parece que no.- Esa cosa que tienes por novio te ha dejado tirado en la semana de tu cumpleaños para irse un mes de vacaciones con sus amigos y, encima, apenas has tenido noticias suyas.

- Era un viaje solo para amigos – se alisa la falda del vestido rojo que cae juguetona sobre sus piernas y que se balancea con el movimiento de sus caderas.- En tres días vuelve - y tendrá que dejar de usar su ropa favorita de nuevo, pero en fin, es un pequeño precio a pagar por hacerlo feliz.

- ¿Y piensas de verdad seguir así? – las cejas de Ava casi tocan el nacimiento de su pelo.- Ni siquiera te deja ser quien realmente eres, Thom, nos costó la vida misma que te pusieras un vestido por fin - y les estaba tan agradecido por insistir.

- Ben dice que es antinatural...

- Ben es un gilipollas y no veo el día que por fin te des cuenta de ello - lo interrumpe Holland.

- O que alguien te haga darte cuenta de ello - sugiere Crystal, guiñándole un ojo aunque Thomas no entiende a quién puede referirse.

Thomas debería haber sospechado de la mirada que intercambian Holland y Crystal, como si fueran conscientes de algo que él no, pero está distraído con Ava quien sigue enumerando los defectos de su novio y a quien no sabe cómo decirle que lo que tiene realmente es miedo. Miedo porque nadie más le quiera. Lleva un año con Ben y sí, vale que no le deja ponerse sus vestidos ni los tacones y mucho menos la ropa interior que le gusta, ¿pero qué más da con tal de que le quiera?

Cuando cruzan por fin las puertas el sonido de la música lo devuelve a la realidad porque está tan, pero tan alta que ni siquiera se escucha pensar a sí mismo. Quizás eso no sea tan malo, no le ha hecho demasiado bien los últimos días. Tal vez no fue tan mala idea venir a la discoteca.

- ¡Hey! ¿Vamos a tomar algo? – grita Holland en su oído.

Thomas asiente, sus amigas obviando que no suele beber como bien es la costumbre.

- ¿Qué puedo ofreceros, señoritas? – el camarero se acerca con una sonrisa seductora y Thomas rueda los ojos sin entender cómo lo hacen.

- ¡Thom! ¿Qué quieres beber?

- ¿Eh? Un refresco está bien, gracias – el camarero repara entonces en él y le da una larga mirada de arriba abajo. Thomas se sorprende cuando hace una mueca de apreciación en lugar de asco, consiguiendo que se sonroje un poco y que agradezca estar a oscuras por el calor que nota en las mejillas.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora