No te vayas.

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Thomas se acaricia el puente de la nariz, tratando de serenarse y sin conseguirlo. Siente las lágrimas picar en sus ojos y un continuo pitido en los oídos de lo nervioso que está, le tiemblan las manos y no deja de secarlas en el pantalón.

- Dylan, por favor, escúchame - pide, alzando los ojos y encontrándose con el moreno que no está en mejor estado.

- ¿Que te... ? ¿En serio, Thomas? - hace aspavientos muy bruscos con los brazos.

- No es culpa mía.

- ¡Eres tú quien se empeña en seguir en contacto con ella! - le tira el móvil y Thomas intenta que no se le caiga.- ¿Por qué mierda tengo que aguantar que me mande estas cosas?

El rubio mira la pantalla, Isabella ha estado un tiempo mandándole a Dylan fotos editadas de ellos las escasas veces que quedan porque la rubia lo llama.

- Hablaré con ella.

- No es eso lo que necesito que hagas con ella, Thomas - lo mira con dureza.

- Me necesita - masculla, por lo bajo, la misma excusa que lleva meses dándole a su pareja.

- ¿Que te...? No, eso no es verdad - se cruza de brazos tratando de modelar su tono de voz porque sabe que está comenzando a gritar.- Ella no te necesita, ¡eres tú! ¡Tú eres el que cree que necesita compensarla de alguna forma!

- Le hice mucho daño, Dyl.

- ¡Admitiste que eras gay, la dejaste y empezaste una relación conmigo! - a la mierda el control.- ¿Habría sido mejor opción abandonarte a ti mismo para que ella no entrara en una "depresión"? - hace comillas con los dedos, la mirada que Thomas le dirige rompe todos sus esquemas.- Dios mío, lo habrías hecho. Piensas que hubiera sido una opción, ¡te llamó maricón de mierda!

- Estaba enfadada - se encoge de hombros.

- ¿Qué...? ¡Enfadada mis cojones, Thomas! ¡Enfadado estoy yo viendo a la persona que amo culparse por quien es y lo que siente! ¡Enfadado estoy yo porque no entiendes que ella te está haciendo daño! ¡Nos lo hace a los dos! - señala el móvil.- ¿Qué necesidad tengo yo de ver ese tipo de cosas, eh? ¡Incluso sabiendo que son mentira duelen porque tú no haces nada, solo te quedas ahí mirándome con arrepentimiento, pero permitiéndolo!

- Dyl...

- No, Dyl nada, Thomas - alza las manos para callarlo y sus ojos pardos saltan de una cosa a otra en la habitación, intentando encontrar una que enfoque su atención y lo calme. No lo consigue.

- ¿Quieres que me vaya?

- ¿Vas a huir? - arquea una ceja.- ¿Como siempre? ¿De verdad? Esa puta se está cargando nuestra relación, lo más importante que tengo, ¿y tú solo HUYES?

- No sé qué hacer - admite.

Dylan se muerde el labio con tanta fuerza que no tarda en sentir el sabor metálico de la sangre en la lengua.

- Pues vete, si eso es lo que deseas, ¡VETE! ¡Con ella, por supuesto, porque al final resultará que en realidad no quieres estar conmigo!

- ¡No digas eso, no es verdad! - exclama, sorprendido.

La mirada llena de enfado y rabia envía un escalofrío a su columna vertebral. Dylan nunca lo había mirado así.

- Y una mierda, Thomas - aprieta los puños con fuerza. Es su enfado quien habla por él, pero no puede hacer nada para controlarlo. Lleva demasiado tiempo tratando de callarlo.- Fuera - señala la puerta.

- Dyl...

- Fuera - repite, apretando la mandíbula.

Thomas deja caer los hombros, siente la tensión en cada músculo de su cuerpo cuando se dirige hacia la puerta.

- ¿Me llamarás más tarde? - se atreve a preguntar.

Dylan sabe que eso lleva implícito un "cuando te tranquilices" detrás, pero está bastante seguro de no ser el equivocado esta vez así que cruza el salón y va a encerrarse a su habitación con un portazo. Se deja caer contra la puerta con las manos tapando su cara. No tarda mucho en escuchar la puerta de la calle cerrarse. Y deja que los sollozos escapen de su garganta porque no, no está seguro de si acaba de romper su relación con Thomas... no lo está.

El rubio deja caer la cabeza contra el volante y respira hondo varias veces para calmarse aunque eso no evita que lágrimas se deslicen también por sus mejillas.

Dylan tiene razón, decide mientras arranca el motor del vehículo, pero eso no es nada nuevo porque Dylan siempre suele tener razón. Es él quien se ha sentido culpable siempre por la enfermedad de Isabella sabiendo que la opción de vivir escondiendo lo que siente... perder a Dylan, menos.

Así que está conduciendo rumbo a casa de Isabella para terminar con todo de una vez cuando siente el golpe, después, todo es negro.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora