Momentos [Dylmas]

TW x TMR Crossover IV

Stiles sabe que Newt puede sentirle aunque guarda la pequeña esperanza de que sus sentidos aún no se hayan desarrollado lo suficiente. En cuanto baja del Jeep confirma que no es así porque los ojos de Newt que hasta entonces estaban clavados en la puerta se posan en él.

- ¿Qué haces aquí, Stiles? - su voz suena tan rota que el otro adolescente siente un nudo oprimirle la garganta.

- Estaba preocupado - y con razón, por lo que ve, el adolescente tiene consigo una bolsa de ropa.

- ¿Scott me ha rastreado? ¿O ha sido Derek? - masculla, sacando un cigarro y encendiéndolo.

Stiles mira hipnotizado la pequeña llama, coge aire para responder.

- No, en realidad - se balancea sobre sus pies.- Hackeé el GPS de tu móvil - contesta rápido, tratando de controlar el orgullo que le provoca ver los sorprendidos ojos del rubio que sonríen levemente.

- Eres todo un caso - niega con la cabeza.

Stiles debe tener cuidado, lo sabe, porque lo más probable es que Newt estalle de un momento a otro como tantas veces le pasó a Scott, pero confía tanto en Newt que le resulta imposible pensar que va a amenazarlo con arrancarle la garganta. Y seamos sinceros, si sobrevivió a eso...

-  Vamos, anda.

Newt lo ve sacar un manojo de llaves de la mochila y buscar la correcta, encontrándola enseguida. Suspira resignado. Stiles siempre le pareció una persona sencilla de leer, ahora que puede oler todo lo que antes solo suponía...  el olor a adderall, la ansiedad, la tristeza continua que carga con él, la emoción que siempre siente cuando están juntos. Es en cierta forma agradable, ahora puede saber incluso cuando miente. Aunque, en serio, antes tampoco era muy difícil.

- Newt.

Escucha que lo llama, pero le cuesta horrores salir de sus pensamientos así que sus ojos, dorados aunque no se ha dado cuenta, suben por la mano que Stiles le ofrece hasta pasar el codo, el hombro y finalmente llegar a su cara. Algo dentro de él se remueve con satisfacción cuando un impulso lo hace entrelazar sus dedos. Stiles parece sorprendido, igual que él, pero parece tan correcto.

- Deberías dejar de stalkearme, ¿sabes? - masculla, apagando la colilla en la papelera de la entrada y tirándola.

Casi puede escuchar burbujear la risa que nunca llega a producirse en el pecho de Stiles.

- No te stalkeo - replica, queriendo parecer ofendido sin conseguirlo. Newt puede ver perfectamente la comisura elevada de sus labios.- Estoy cuidando de ti porque me importas - admite en un susurro, Newt sabe que nunca más se perderá ninguna frase que salga de esos labios por muy bajo que hable si está presente y, para qué mentir, eso le gusta.- Quiero decir que... - trata de arreglarlo, la vergüenza subiendo a sus mejillas.- Mi mejor amigo te ha mordido y ahora eres aún más sexy que antes si es que eso es jodidamente posible, hombre lobo.

Newt ríe suavemente, Stiles termina de sonrojarse mientras decide que no ha tomado suficiente adderall para sobrevivir a un Newt mucho más relajado de lo que ha estado nunca. No lo entiende, sabe que no debe ser así, la experiencia de cuatro hombres lobo adolescentes le precede.

- ¿Por qué estás tan tranquilo?

Newt no lo sabe. En realidad, era un manojo de nervios y un cúmulo de ansiedad a punto de explotar en pánico por ser expulsado de su casa a causa de su madre cuando escuchó el sonido de Jeep, alto y claro, y olió a Stiles. Nunca antes lo había olido de esa manera, pero supo al instante que era él y eso envió una dosis de anestesia por todo su ahora doble ADN, calmando todo rastro de descontrol a su paso.

- Por ti - admite porque para qué mentir, su vida ya se ha desmoronado lo suficiente.

El corazón de Stiles se acelera a límites insospechados. Nunca pensó que un corazón humano pudiera latir tan rápido.

- ¿Qué? - articula, estrangulado, porque juraría que es la primera persona, ahora ser sobrenatural, en fin, como sea, que dice que su presencia le calma. Nunca pensó que algo así pudiera ser posible y se siente demasiado feliz al respecto.

- Siempre has sido tú, Stiles - sonríe con suavidad, acariciando la mano que tomó hace un rato y que aún no ha soltado.

- Vale, bien, puedo... puedo con eso, sí, claro - le cuesta horrores pasar saliva a través de su garganta.

Con el suficiente valor, o quizás estupidez, a fin de cuentas es Stiles, agarra con fuerza su mano y lo atrae hasta su cuerpo. Newt podría haberse resistido sin esfuerzo o no mover ni un músculo por mucho que el chico hiperactivo lo intentara, pero que casi literalmente caiga en sus brazos es la prueba de lo agotado que está.

Stiles lo envuelve con sus brazos y se desliza por la pared hasta el suelo, protegiéndolo entre sus piernas. Newt entierra la nariz en el cuello del humano e inspira con fuerza, Stiles siente un escalofrío recorrer toda su columna vertebral.

- Lo siento.

- ¿Por qué? - replica con algo de sorpresa.

- Primero, porque sé que huelo a cosas que a los hombres lobos no os gustan. Segundo, porque esto es culpa mía.

- Stiles, Scott perdió el control y eso definitivamente no es culpa tuya.

- Tú no tenías por qué estar ahí.

- De no haber estado te habría matado y eso es aún más inadmisible que ser mordido - los ojos dorados lo miran con fiereza, Stiles jadea de excitación, Newt sonríe ligeramente burlón.- De verdad que ahora puedo olerlo todo.

El humano parece entender porque se pone colorado hasta las orejas.

- Y por eso sé que no hueles a lo que quieras que estás pensando - entierra de nuevo la cara en él, Stiles pone la barbilla sobre la rubia cabeza.- Desprendes un leve olor a medicamentos, a tristeza, a ansiedad, ahora mismo a tranquilidad, excitación... pero, sobre todo, hueles a bosque, a galletas recién horneadas, a lugar seguro, a hogar... - cae dormido justo después.

Stiles sabe que no es normal que Newt sea capaz de oler todo eso en él, cosa que se confirma cuando alza la cabeza y se encuentra con Derek mirándolos de forma extraña.