Elementos I (light)

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Cuando Voldemort murió a manos del gran Harry Potter y Hogwarts reanudó su actividad para tratar de que el mundo mágico volviera a la normalidad cuanto antes, llegaron alumnos que eran capaces de realizar una magia distinta a la que el mundo estaba acostumbrado hasta el momento. 

Nadie sabe exactamente qué generó ese tipo de magia ni qué la impulsó a nacer, pero los más grandes investigadores aseguraron, después de años de múltiples experimentos y estudios, que fue la propia necesidad de la magia por curarse a sí misma y proteger la vida que los humanos estaban empeñados en arrebatar. 

Así que esos alumnos, bastante escasos, pero demasiado notorios, poseían una magia que estaba directamente ligada a la naturaleza y con la que habían aprendido a convivir en relativa paz ya que sus archivos fueron destruidos la última vez que el Señor Tenebroso se alzó.

Isaac Newton y Thomas Eddison forman parte de esos alumnos. Uno con el poder de la tierra y otro con el poder del agua. Tan contrarios y tan necesitados el uno del otro.    

Escena I

Aun con todas las cosas que es capaz de hacer, aun con todo lo que pasa a su alrededor, pero que se ha vuelto tan normal a sus dieciséis años, a Newt le cuesta creer que todo ese tiempo haya existido un colegio especializado y no se lo termina de creer ni siquiera cuando sube al expreso del Andén 9 y 3/4. 

Así que quizás su escepticismo no le permite ver con claridad cuán extraordinario es Thomas la primera vez que se encuentran. Sobre todo porque no ocurre de una forma espectacular, sino con él abriendo la puerta del vagón donde el moreno está y recibiendo una oleada de magia hostil en la cara. Parpadea para sacudirse la sensación de asfixia antes de darse cuenta de que su magia se encuentra cómoda con la otra.

- ¿Puedo sentarme aquí? - pregunta, aunque ya está metiendo el baúl en el interior.

Los ojos pardos lo miran con curiosidad cuando siente que su magia se relaja ante la presencia del extraño, sorprendido. Han pasado más alumnos durante la mañana, pero el rubio es el primero que quiere quedarse.

- Claro - susurra, su voz ronca después de pasar tantas horas en silencio.- A mi magia le gustas - comenta, tratando de sonar desinteresado, pero queriendo saber el porqué.

- ¿Y qué? - replica, pasando una página del libro que está leyendo sobre la historia de Hogwarts.

- A mi magia no le gusta nadie.

Entonces, sí que lo mira. Thomas se mueve incómodo en el asiento, no está acostumbrado a que lo miren fijamente, cosas de haber estado encerrado desde pequeño en un centro donde el personal era siempre el mismo. Newt se inclina hacia delante y le tiende la mano.

- A la mía también le gustas tú - se abstiene de decir cuánto.- Mi nombre es Newt, ¿eres nuevo en todo este mundo?

- Thomas - responde, estrechando la mano contraria. Siente un calor desconocido emanar del contacto y la retira, asustado. Newt, por el contrario, se examina la palma como si pudiera explicar qué acaba de pasar.- Y sí, algo así.

- Entonces, bienvenido a Hogwarts, verducho.

El moreno siente la sonrisa tirar de la comisura de sus labios, pero se obliga a alejarla y solo asentir con sequedad. Newt, sin embargo, no parece molesto por ello, sino que vuelve la atención al libro. Al momento, Thomas se da cuenta de que pequeñas mariposas surgen entre los cabellos rubios como el sol y se ponen a revolotear alrededor de Newt mientras sigue leyendo. Supone que es como sus burbujas y se relaja en el asiento, quizás por eso al rubio no le incomoda su magia... porque son iguales.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora