Sherlock AU I

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Newt se estira en el pequeño sillón, sintiendo cada uno de sus huesos hacerlo con él y se levanta para hacer el té.

Han pasado ya varios años desde la llamada que lo sacó de una profunda depresión, de la llamada que lo rescató cuando estaba pensando seriamente en el suicidio porque Thomas, su amor de la niñez, que desapareció después de la universidad donde ambos se graduaron con honores, decidió hacer una gran entrada y sacarlo del pozo oscuro que era su vida desde que volvió de la guerra. Guerra donde nunca quiso estar, guerra que lo destruyó casi por completo... guerra a la que fue porque no tenía nada que perder, una guerra que lo transformó completamente.

Coloca el agua dentro de la tetera, hoy hará rooibos, y la pone al fuego.

Thomas significó un punto de inflexión en su vida porque solo con su voz le recordó que aún estaba vivo, cuando volvieron a verse y le abrazó, contento por verlo (Newt no podía creer que alguien de verdad estuviera contento por él) recordó que aún podía sentir. También que el enamoramiento que tuvo de pequeño no fue un simple flechazo si con 25 conseguía mover su mundo de nuevo, pero ahora con 27 ha aprendido a llevarlo aunque no ha desaparecido. Los sentimientos que tiene por Thomas son lo más preciado de su vida.

La tetera pita y lo arranca de sus pensamientos, sirve dos tazas y se dirige con cuidado al salón después de coger unas galletas. Probablemente Thomas se ría, Newt es inglés hasta la médula.

Thomas está acostado con la mirada clavada en el techo, a saber en qué está pensado. Lo único que tiene claro es que, durante aquellos años en los que no supo nada de él, Thomas estuvo involucrado con una organización llamada WCKD (a Newt nunca y jamás le haría gracia el nombre, aún dos años después le provoca escalofríos cuando lo oye) que se dedica a la venta de medicamentos como tapadera para la CIA. Así que Thomas estuvo años formándose como aquello que ahora persigue: asesinos, pero él era y es un profesional. Ellos atrapan asesinos de pacotilla, aunque a veces se lo curran bastante, pero ninguno puede con la suspicacia de Thomas.

Mientras pone el té sobre la mesa recuerda que sigue sin saber todo de Thomas, todo lo que se vio obligado a hacer mientras estuvo bajo el manto de WCKD. Pero una vez, cuando se vieron involucrados en un caso relacionado con su pasado, Thomas le prometió que no le pasaría nada. Entonces bufó, porque Newt es un héroe de guerra y puede cuidarse solo, pero la sonrisa suave de Thomas le rompió los esquemas. Thomas no sonríe a menudo, ahora más que antes, pero es como si también hubiera perdido demasiado. El caso es que Thomas le pidió que confiara en él y Newt le aseguró que lo hacía o no trabajarían y vivirían juntos, no después de todos los traumas de la guerra.

- Newt - lo llama, sentándose en el sillón y cogiendo la taza que su amigo le ofrece.- Puedo escucharte pensar, ¿sabes?

El rubio ríe un poco porque él tampoco era capaz de hacerlo hace dos años, pero estar al lado de Thomas es terapéutico aunque se empeñe en decir que destruye todo lo que toca.

- No eres una granada, Tommy.

- Sí que lo soy, Newt, pero no me preocupa porque la anilla la tienes tú.

Aún no sabe a qué se refería con eso, duda averiguarlo un año y medio más tarde.

- Solo estoy recordando - admite, dejándose caer en el sillón.

- Te he dicho muchas veces...

- Que pensar mata neuronas, sí - se encoge de hombros, divertido.- Le dijo la sartén al cazo - masculla entre dientes.

- Ya yo no tengo neuronas que matar - asegura con una ligera curva en los labios mientras se bebe el té.

Los ojos de Newt viajan hasta su ordenador, tiene abierta la página web en la que escribe todos los casos en los que participan. Así es como captan clientes. Bueno, así y porque a esas alturas no hay persona en Londres que no sepa quién es el detective consultor alias asesino profesional, esto último es un secreto y pocas personas lo saben.

Momentos [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora