#16

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Y es entonces cuando el silencio es interrumpido repentinamente por una estruendosa música, la cual te toma por sorpresa de tal forma que no puedes evitar ponerte en estado de alerta al instante: El asesino ha encendido la radio portátil del difunto Martínez.

¿Por qué razón ha hecho tal cosa? ¿Acaso se trata de alguna clase de táctica intimidatoria? Sí es así, está funcionando. El corazón te late con tanta prisa dentro del pecho que sientes que estás a punto de tener un ataque.

Y algo todavía más extraño sucede a continuación: Afuera de la oficina, se escuchan una serie de sonidos extraños, como los de una aspiradora. El asesino está manipulando alguna clase de aparato que tú no alcanzas a identificar.

Por más curiosidad que tengas al respecto, es tanto el terror que te domina que tú ni siquiera te atreves a moverte de tu escondite, pero no tardas en sentirte un tanto mareada, casi como si estuvieses a punto de desmayarte.

¿Qué estás sucediéndote? Intentas incorporarte, pero las piernas no te responden...Es como si hubieses inhalado alguna clase de sustancia adormecedora, la cual te está haciendo perder el sentido.

Antes de que tus ojos se cierren, reparas en un conducto de ventilación en una de las paredes de la oficina, a través del cual había estado colándose unos hilillos de humo grisáceo desde hace unos minutos sin que tú te dieses cuenta de ello.

Su olor se vuelve más intenso y penetrante conforme pasan los segundos. Pierdes el conocimiento en seguida.

Lee la parte #12.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora