#24

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Corres y corres tan velozmente como tus piernas te lo permiten, y así es que como llegas a la parte exterior del edificio donde trabajas.

Estás extenuada al punto de que se hace difícil respirar, pero no puedes darte el lujo de darte un descanso sabiendo que el asesino bien podría estar pisándote los talones.

Y lamentablemente para ti, no se ve ni un alma en las cercanías. La calle parece estar completamente desierta a esas horas...Ni siquiera puede escucharse algún automóvil transitando por los alrededores.

Desesperada tú corres a través de la cuadra, en busca de alguien que puede ayudarte...Es así como divisas un camión estacionado a bastante poca distancia de dónde tú te encuentras.

Sin embargo, no parece haber nadie en su interior...

Si te acercas al camión, lee la parte #27.

Si ignoras el camión y sigues buscando a alguien que pueda ayudarte, lee la parte #30.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora