#95

34 2 0
                                    


Un silencio espectral reina entonces en el local, intercambiando las personas allí presentes una serie de miradas cargadas de grave preocupación y desconcierto. El locutor encargado de narrar el partido se ha quedado mudo de sorpresa, pero justo en el momento en el que parecía estar a punto de hablar nuevamente, la transmisión es interrumpida abruptamente, no quedando en la pantalla más que el siguiente mensaje:

TENEMOS DIFICULTADES TÉCNICAS.

SE SOLICITA A LOS ESPECTADORES ESPERAR UNOS MOMENTOS HASTA QUE LA SEÑAL DE LA TRANSMISIÓN SEA RESTAURADA.

GRACIAS.

—Pero... ¿Qué mierda está pasando aquí? —pregunta uno de los comensales, con una expresión oscilante entre la preocupación, el enojo y la confusión en su rostro. Y no bien esas palabras terminan de ser preocupadas, las luces en el snack-bar se apagan repentinamente, hecho que aumenta todavía más la tensión de esos momentos.

—Mejor vámonos de aquí...—le susurras a Rodrigo, aferrándote con fuerza de su brazo izquierdo. Una terrible inquietud ha empezado a invadirte desde hace un buen rato, y luego de haber sido testigo del macabro espectáculo que ha tenido lugar en medio del partido, sientes que estás a punto de desmayarte.

—Tienes razón...—te responde él, llevándote fuera del establecimiento.

Las calles se han oscurecido de repente, adquiriendo los alrededores una atmosfera un tanto amenazadora de un momento a otro.

—Lamento que hayas tenido que pasar por eso...—se disculpa contigo un avergonzado Rodrigo, quien actúa como si fuese culpa suya lo sucedido en el snack-bar—En serio no sé qué pasó, la atención en ese lugar por lo general no es así de mala...Y encima lo de las luces... ¡De veras que el día de hoy ha sido una completa locura!

—Vamos, Rodrigo...—le respondes tú, sin poder dejar de pensar en las escabrosas imágenes que viste hace poco por televisión. La nítida visión del cadáver descuartizado de Teófilo Villalibre no abandona ni por un segundo tu mente, produciéndote un escalofrío en la espalda —. No hace falta que te disculpes conmigo...Después de todo...Nadie pudo haberse imaginado que algo así pasaría...

—Sí...Tienes razón...—y luego de un breve instante de silencio, Rodrigo te pregunta:

— ¿Quién crees que haya cometer semejante atrocidad? Quiero decir... ¿Qué clase de degenerado podría realizar un crimen semejante, y exhibirlo de esa manera ante los ojos de millones de personas?

—No lo sé, Rodrigo...Y francamente preferiría no saberlo. La verdad es que todo este asunto me perturba mucho y mientras menos hablemos al respecto de ello, mejor.

—Sí...Entiendo...

Y sin intercambiar ninguna otra palabra, los dos se dirigen rápidamente hasta la parada de buses.

Lee la parte #96.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora