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Apuntas en dirección hacia Benigno Roca, haciendo el ademán de que estás a punto de dispararle. Pero en vez de eso, le disparas al cómplice del asesino parado a su izquierda. Sin embargo, no consigues matarle, sino que solamente le hieres en un hombro.

El asesino deja escapar una exclamación de horror al presenciar este último acontecimiento, pero su cómplice no tarda en gritarle:

— ¡No bajes la guardia, estúpido!

Esta habría sido la perfecta oportunidad para dispararles a los dos, aprovechando su distracción. Por desgracia, no tardas en llevarte el chasco de descubrir que la pistola tenía solamente una bala.

El cómplice del asesino le ordena entonces a su camarada dispararte, pero él duda un brevísimo instante en obedecerle.

Tú intentas escapar, pero no bien te das la media vuelta, eres herida mortalmente: El cómplice del asesino te ha disparado por la espalda. Pese a su herida, la puntería no le falla.

—Una estrategia muy ingeniosa muchacha...Es una lástima que hayas decidido tomar la decisión equivocada. Juntos podríamos haber logrado grandes cosas si te hubieras unido a nuestra causa.

Y con estas palabras, el cómplice del asesino le pone final a tu existencia, rematándote de un tiro en la frente.

FIN

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora