Este debió haber sido un viernes como cualquier otro, pero no lo fue.
Hoy tuviste que quedarte hasta tarde en la oficina donde trabajas. Y esta misma noche, sin que tú te des cuenta de ello, hará su aparición un inesperado visitante...
¿Lograrás so...
Mientras estás inconsciente, dentro de tu mente cobra forma una espantosa alucinación, en la que tú ves a ti misma caminando a través de un extenso pasadizo que se extiende indefinidamente a través de la oscuridad...De pronto, de esa misma oscuridad emergen numerosas manos, las cuales te sujetan con fuerza brutal, arrastrándote hacia las sombras.
Tú gritas con desesperación, mientras que de las tinieblas surge un espantoso rostro...Una máscara grotesca que parece estar hecha de carne humana, en la cual se dibuja una espeluznante sonrisa, al tiempo que pronuncia con voz horrenda las siguientes palabras:
¿Por qué me obligas a ser duro contigo?
Y en seguida aquella espeluznante monstruosidad abre sus enormes fauces, y te arranca la cabeza de un solo mordisco.
Es en ese momento cuando tú recuperas el conocimiento, descubriendo en seguida que te encuentras en una habitación lujosamente decorada, donde están distribuidos varios muebles finísimos, mientras que en las paredes cuelgan una tres cuadros pintados al óleo con exquisito detalle, en los cuales se ven representadas tres escenas bíblicas: El festín del rey Baltasar, el sacrificio de Isaac y por último la Torre de Babel.
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Es precisamente debajo de este último cuadro que tú encuentras una nota de papel que contiene un mensaje dirigido a ti:
Mi pobre e incauto ángel:
¿Por qué no fuiste capaz de seguir correctamente las indicaciones que te di? Me has decepcionado, pero tal como te lo prometí, he decidido perdonarte esta primera falta, esperando que no vuelvas a repetir el mismo error dos veces.
Queda todavía una prueba más para ti, y será la que decidirá tu destino. Mi maestro y yo esperamos que sepas decidir con más sabiduría en esta oportunidad.
Siempre tuyo
"¿Maestro? ¿De quién rayos está hablando este sujeto?" piensas tú, al revisar la nota. Tal parece que te encuentras a merced de no solamente un peligroso asesino serial, sino dos de ellos.