#69

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Vivir en la ciudad se ha vuelto una completa pesadilla. Seguir con esta situación no sería más que puro masoquismo, así que simplemente decides mudarte a la pequeña provincia donde tus padres residen.

El viaje hacia dicho lugar es realizado en bus, durante una fría mañana en la que una leve neblina invernal cubre ligera el paisaje circundante. La travesía se produce sin problema alguno, permitiéndote incluso dormitar a ratos, luego de haber pasado tantas noches sin conciliar el sueño.

También el traslado de tu querido gato Lucas se lleva a cabo sin la más mínima complicación, no tardando el felino en adaptarse rápidamente a su nuevo hogar.

Empiezas a trabajar en una pequeña floristería ubicada a poca distancia de la casa de tus padres: La dueña del establecimiento es una amable señora quien además es una muy buena amiga de tu madre.

Te acostumbras bien pronto a tu nuevo empleo y a tu nueva rutina, sintiendo que este cambio de vida era precisamente lo que estabas necesitando. Conforme pasan los días, tu paranoia y temores van disipándose de a poco.

Vuelves a dormir con normalidad, y de tu mente van alejándose los recuerdos de aquella noche horrible en la que casi mueres. Con el tiempo, incluso la memoria terrible del asesino va volviéndose un fantasma borroso del pasado, el cual ya no tiene poder alguno sobre ti.

Por fin eres libre.

¿Deseas que esta historia continúe? Sí es así, lee la parte #77.

Si no, este es el FIN.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora