#30

116 5 0
                                    

No sabes bien porqué, pero hay algo que te produce una profunda desconfianza con respecto a ese camión, razón por la cual decides mantener tu distancia con respecto a ese vehículo, esforzándote por llegar lo más rápidamente que puedas hasta algún lugar seguro.

Un breve vistazo por encima del hombro te permite descubrir que te están persiguiendo: Para tu sorpresa, no es sólo uno tu perseguidor, sino que viene acompañado por un cómplice, llevando ambos homicidas la misma máscara grotesca adornada con una pequeña estrella escarlata en la frente.

Tú corres aterrorizada, queriendo gritar por ayudar, pero no tienes las fuerzas necesarias para ello. Y de todas maneras, de nada valdría, al no haber nadie que pudiese escucharte....

Los dos asesinos están a punto de darte alcance. Tú sigues corriendo de forma tan rápida y precipitada que ya ni siquiera tienes idea de por dónde estás yendo. Y es tan desenfrenada la carrera que emprendes que no llegas a reaccionar a tiempo en cuanto el automóvil se aproxima a toda velocidad donde tú te encuentras, siendo embestida por el vehículo en menos tiempo del que toma parpadear.

Un dolor intenso, más intenso que cualquier otra cosa que hayas experimentado en tu vida te invade por menos de una milésima de segundo, antes de que toda percepción de la realidad se esfume de tu cerebro.

Lee la parte #31.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora