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Estás un poco inquieta, pero no tanto como para que consideres que debes marcharte de este lugar ya mismo.

Tú y Rodrigo se piden un café, el cual piensan acompañar con una porción de helado de vainilla. Sin embargo, el mesero se tarda bastante en atenderlos debido a que también él se ha distraído viendo el partido en la televisión del local, razón por la cual su jefe termina llamándole la atención.

Dándoles una disculpa a ambos, el joven mesero se dispone a tomar su orden, pero es obvio que sus disculpas no son sinceras, haciendo una mueca despectiva mientras anota el pedido hecho por Rodrigo en una pequeña libreta.

Tú casi puedes adivinar los insultos que él masculla en voz baja.

—Te juro que la gente de este local no suele comportarse así. Yo las conozco muy bien, son personas amables...Pero hoy día parece que todos están locos con esto del partido...—intenta excusarse Rodrigo. Tú asientes con la cabeza, y sin embargo ya para tus adentros te has decidido a nunca más volver a aceptar ninguna invitación suya en el futuro.

Francamente esta ha sido hasta ahora una de las peores citas que has tenido en tu vida, y ya no puedes esperar a que se termine de una buena vez.

Y ni siquiera han llegado a servirles el café que pidieron cuando aquel grupo de personas reunidas en torno del televisor produce nuevamente un escandaloso bullicio, que llama la atención de todas las personas presentes en el local.

"¿Y ahora qué?" te preguntas, sumamente fastidiada. Y sin embargo, no tardas en advertir un claro clima de tensión reinante en el lugar, notando como es que algunos de los comensales que hasta ese momento no parecían mostrar interés alguno por el fútbol se levantan de sus respectivos asientos y acercan al televisor, con expresión de asombro en sus rostros.

Movida por la curiosidad, tú también haces lo mismo, descubriendo asombrada el macabro suceso que está siendo captado por las cámaras durante esos momentos, interrumpiendo el curso habitual del partido: El cuerpo de un hombre degollado ha sido lanzado desde las alturas a la cancha, quedando esos restos destrozados a vista de todos.

Tú no tardas en identificar al muerto como Teófilo Villalibre, un acaudalado minero quien unos años atrás fue acusado de interferir en las últimas elecciones presidenciales, aunque dicha acusación terminó siendo desestimada por el poder judicial...

No obstante, el detalle que llama más tu atención es la marca mostrada en el pecho del cadáver, la cual es claramente distinguible a pesar de la distancia con la cual las cámaras captan la imagen de los sucesos: Se trata de un pentagrama, una sangrienta estrella de cinco puntas tallada en la misma carne viva de la víctima...La marca del asesino de la estrella roja, que venía aterrorizando la ciudad con sus horrendos crímenes desde hace varios meses.

Lee la parte #95.

Sola con el AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora